El joven que mató a su hermana dice que sólo quería asustarla con la escopeta

  • El joven enjuiciado por matar de dos disparos con una escopeta a su hermana, de 17 años, mientras ésta dormía en su cama en un chalet de Alfaz del Pi (Alicante) ha reconocido haber efectuado los disparos aunque ha asegurado que fue accidentalmente porque su única intención era darle "un susto".

Alicante, 14 may.- El joven enjuiciado por matar de dos disparos con una escopeta a su hermana, de 17 años, mientras ésta dormía en su cama en un chalet de Alfaz del Pi (Alicante) ha reconocido haber efectuado los disparos aunque ha asegurado que fue accidentalmente porque su única intención era darle "un susto".

La fiscalía pide 21 años de cárcel en el juicio con jurado en la Audiencia alicantina para Ramón G.M., de 25 años, por un delito de asesinato al considerar que, "a sangre fría", a las 9.30 horas del sábado 4 de abril de 2009 disparó intencionadamente en la cabeza de una de sus dos hermanas, Rocío, después de haber mantenido una acalorada discusión la víspera.

Ramón G.M. se ha declarado culpable de matar a su hermana, de la que recuerda que "siempre estaba riendo" y a la que echa "mucho de menos", y, frente a la tesis de la fiscalía sobre que había intención, ha mantenido que fue un accidente y que su relación era "muy buena" hasta el punto de que tiene un tatuaje con el nombre de Rocío.

Ha relatado que después de levantarse, vestirse y desayunar ese sábado decidió que iba a dar un susto a su hermana, que dormía sin que hubiera más personas en el chalet y a la que ha reconocido que la noche anterior pidió una cantidad de dinero en el local donde ella trabajaba.

Ha indicado que, para el susto, cogió la escopeta que su padre guardaba detrás de la puerta de su dormitorio y que le quitó la funda sin comprobar si estaba cargada, tras lo cual fue a la habitación de Rocío y al apoyarse en la puerta ésta cedió y apretó accidentalmente los dos gatillos del arma, aunque sólo recuerda "un ruido".

El procesado ha explicado que, "por miedo", no se atrevió a acercarse a su hermana (que había muerto en el acto por la pérdida de masa encefálica) pero en cambio sí "revolvió la casa" antes de envolver la escopeta en una toalla y esconderla en un descampado.

Acto seguido, se dirigió al bar de su padre para "felicitarlo porque era su cumpleaños", después fue a su gimnasio en Benidorm y también a la tienda de coches del novio de su hermana para hablar.

Poco más tarde, en torno al mediodía, recibió la llamada de la mujer que limpiaba su chalet, que descubrió el cadáver junto a su madre, y acudió a su casa, desde donde llevó a Rocío al hospital de Villajoyosa metiéndola en el maletero del coche.

Ramón M.G. ha explicado que desde hacían unos seis meses consumía anabolizantes relacionados con el gimnasio, sustancias que afectaron su conducta porque hacían que se "enfadara con facilidad" y ha rechazado que supiera que el día del crimen su hermana tuviera intención de anunciar a la familia su relación sentimental con su novio o el hecho de que Rocío hubiera abortado un tiempo antes.

En el juicio no hay acusación particular porque los padres y la hermana de la víctima ejercen la defensa del procesado, y su letrada ha asegurado que Ramón M.G. "es una buena persona, un buen tipo y un buen hermano que adoraba a su hermana", y ha atribuido el "desgraciado accidente" a los anabolizantes.

En cambio, la fiscalía cree que Ramón M.G. montó el arma concienzudamente y que efectuó los dos disparos a "sangre fría", al igual que luego revolvió cajones, rompió la cerradura de la casa "por dentro" y el marco de puertas.

Además, ha citado sus "dotes interpretativas brillantes" por llevar a su hermana pese a saber que estaba muerta y por asistir al entierro aparentemente "llorando y totalmente afligido".

Este suceso conmocionó Alfaz del Pi dado que la familia es muy conocida por tener un bar en pleno centro, y porque la Guardia Civil investigó un mes antes de detener al hermano, que finalmente confesó la autoría y desveló dónde estaba la escopeta.

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