El largo y serpenteante camino de las primarias republicanas

  • La victoria de hoy del precandidato republicano Mitt Romney en las primarias de Florida representa un nuevo cambio de dirección en lo que hasta ahora ha sido, y promete continuar así, un camino largo y enrevesado para conseguir la nominación.

Macarena Vidal

Washington, 31 ene.- La victoria de hoy del precandidato republicano Mitt Romney en las primarias de Florida representa un nuevo cambio de dirección en lo que hasta ahora ha sido, y promete continuar así, un camino largo y enrevesado para conseguir la nominación.

Romney se hizo hoy con el 47 por ciento de los votos, frente al 32 por ciento de su principal rival, el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, y a gran distancia del tercer y cuarto clasificados, el exsenador Rick Santorum y el congresista Ron Paul respectivamente.

Hace apenas diez días el escenario era muy distinto. Su principal rival, el expresidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, era quien comparecía ante los medios tras haber derrotado por un contundente 12 por ciento al exgobernador.

Las encuestas apuntaban entonces al alza de Gingrich -quien había logrado unos resultados decepcionantes en Iowa y en Nuevo Hampshire, las primeras citas electorales- y su posible victoria en Florida.

La derrota representó una llamada de alarma para Romney, que había contado con triunfos en Carolina del Sur y Florida para dar por hecha la candidatura.

El exgobernador, que permitió que las acusaciones sobre el bajo nivel de impuestos que paga dominara la campaña en Carolina del Sur, optó por retomar la iniciativa.

Con una organización muy superior y fondos mucho mayores que su rival, procedió a lanzar un vendaval de anuncios de tono negativo contra el expresidente de la Cámara, devolviendo así la moneda que había recibido en la cita previa electoral.

Su actuación en los dos debates celebrados en el estado le permitieron proyectar una imagen "presidenciable", frente a un Gingrich al que acusó, entre otras cosas, de oportunismo. Las promesas del autor del "contrato para América" de crear una base en la Luna dejaron de parecer grandiosas para quedar simplemente en ridículas.

Pero además, la victoria de Gingrich en Carolina del Sur alarmó a los líderes republicanos, temerosos de que el expresidente de la Cámara acabara haciéndose de verdad con la candidatura.

Ante unas encuestas que concedían mayores posibilidades a Romney que a Gingrich contra Obama -el presidente, según los sondeos, derrotaría al exlíder de la Cámara por 18 puntos-, la aristocracia republicana se movilizó para defender al exgobernador.

Según escribe el director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad de Virginia Larry Sabato, "Carolina del Sur convenció a los líderes republicanos de que Gingrich podía ganar la candidatura y, desde su punto de vista, hundir las posibilidades del partido en noviembre".

Las próximas citas electorales serán claves. Romney tendrá que demostrar si, verdaderamente, tiene lo necesario para ser considerado presidenciable.

Muchos en su propio partido le ven aún con escepticismo. Los conservadores le ven como demasiado moderado, y recelan de una gestión en Massachusetts que dio, entre otras cosas, un servicio sanitario similar al que promulgó Obama en 2010 y que se ha convertido en el centro de los odios republicanos. Los votantes evangélicos ven con escepticismo su religión mormona.

Pero tras Florida, es posible que los votantes opten por dejar de lado sus reservas.

Según Sabato, "los republicanos pueden no estar enamorados de Romney, pero la mayoría de ellos no ven como un peligro" que ocupe el número uno de la lista electoral.

Habrá que ver lo que ocurre el próximo sábado en Nevada, donde los votantes se pronunciarán no en primarias, sino en "caucus" (asambleas populares), un formato más impredecible.

Gingrich cuenta con apoyos adinerados en Nevada, pero Ron Paul suele lograr buenos resultados en los "caucus". Y Romney puede contar con el voto de la comunidad mormona, muy amplia en Nevada.

Tras ese estado, vendrán el día 7 otras dos citas en estados considerados claves para las elecciones de noviembre: Colorado y Minesota, también bajo el formato de caucus.

De momento, la pelota está del lado de Romney. De cómo la juegue dependerá de que el camino a la nominación continúe largo, serpenteante y lleno de recovecos o encuentre un cómodo atajo.

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