El mejor violinista checo, Ivan Zenatý, profesor de excelencia en Ávila

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 13 jul.- España es el primer y único país del mundo en el que está considerado como el mejor violinista checo, Ivan Zenatý, ha ganado "un millón". De pesetas, claro, y por eso, bromea, y por el cariño que le tiene y porque es un pedagogo vocacional y ha querido ser maestro del Spaincellence de Ávila.

España, relata Zenatý en una entrevista con Efe, es, además, el primer país en el que tuvo agente en el extranjero, allá por 1983, cuando él era un "pipiolo" de 21 años, y desde entonces ha ofrecido más de cien conciertos por toda su geografía, como el que protagonizó el pasado martes en Clásicos de Verano en la Abadía.

"Este es un país maravilloso a pesar de la crisis. En estos 30 años ha progresado mucho y eso lo hemos vivido desde la que era Checoslovaquia con mucho entusiasmo porque ha sido para nosotros un ejemplo y un modelo a seguir. El progreso que ha conseguido no lo puede borrar nadie", subraya emocionado el artista.

Zenatý, que viaja sin parar por todo el mundo y tiene contratos hasta 2016, está convencido de que lo que sucede ahora en España es "momentáneo" y que hay que ser "optimistas".

El violinista, uno de los mejores del mundo, ha vivido y trabajado 16 años en Dresde (Alemania) y acaba de recibir una oferta del Instituto de Música de Cleveland (Estados Unidos) para ser uno de sus profesores invitados a partir del próximo curso.

"No lo he dudado ni un minuto. El orden alemán, su sistema, no es para mí", justifica riéndose con cierta picardía de su decisión de trasladarse.

Su actividad pedagógica le interesa muchísimo porque, revela, es la forma de obtener "retorno" de lo que hace en escena.

"Ellos comprueban si el camino que yo les enseño es verdadero y correcto y, además, conservo una juventud eterna porque me contagian el brillo de sus ojos y tener el corazón a tope", dice riéndose de nuevo.

En esta ocasión estará hasta el día 21 dando clases en el primer curso de excelencia musical "Spaincellence", que se celebra en Ávila.

Serán 6 horas diarias de clase a jóvenes talentos musicales procedentes de todo el mundo, como un alumno procedente de Argentina al que también instruirá en Cleveland.

"La gente tiene un entusiasmo por asistir a estas clases que a mí me llena el corazón de alegría", desvela, acompañado de su inseparable Giuseppe Guarneri del Gesu, un violín de "belleza increíble" construido en 1740.

Zenatý decidió ser violinista con 9 años, a pesar de que su padre le advirtió que viviría "como un gitano": "'te taparás con una manta que no será tuya y en una cama extraña'. Con los años me he dado cuenta de que tenía toda la razón", confiesa.

A los 11 años ya sacrificaba todo su tiempo libre para aprender a tocar el violín y era frecuente que le invitaran a tocar en alguna de las muchas asociaciones que hay en la República Checa, para desesperación de su padre que prefería que eligiera "una profesión seria".

Cuando su hijo mayor, un niño prodigio que tocaba el piano "excelentemente", le dijo con solo 8 años que quería "disfrutar" de su infancia él no lo dudó.

"Él es ahora psicólogo y yo soy feliz porque supo decir muy joven lo que quería, pero es verdad que para él la música también significaba 'papá no está en casa'".

Al contrario que muchos de sus colegas, Zenatý cree que la música clásica ni puede ni debe tener el impacto que "el fútbol" porque, "es algo para lo que hay que hacer un gran esfuerzo, y eso nunca será lo que le guste a las masas", concluye.

Mostrar comentarios