"Demuestran hasta qué punto son inútiles, la gente no votará jamás por ellos", dijo el jefe de Estado en la televisión, un día después de los incidentes. Zuma es el líder del ANC (Congreso nacional Africano), partido en el poder en Sudáfrica desde el fin del apartheid.
Los miembros del partido de izquierda radical EFF (Combatientos por la libertad económica) pasaron una hora interrumpiendo al presidente, ante el parlamento al completo.
"Zuma no merece el respeto de nadie, nos ha robado, ha corrompido la economía de Sudáfrica, ha transformado el país en una broma" dijo Julius Malema, dirigente del EFF, ignorando las órdenes de la presidenta de la cámara, Baleka Mbete, que le pedía que se sentara y se callara.
Los parlamentarios EFF finalmente dejaron el hemiciclo gritando "Zupta debe caer", juego de palabras en alusión a los estrechos vínculos entre Zuma y los Gupta, riquísimos empresarios de origen indio que se sospecha tienen una directa influencia sobre el poder sudafricano.
Jacob Zuma, muy debilitado políticamente por el caso de su residencia privada renovada a cargo del Estado, y por polémicas remodelaciones ministeriales que han hundido a la divisa sudafricana, intenta mantenerse a flote al asegurar que estos comportamientos de la clase política, que califica de "vergüenza", refuerzan a su partido.
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