El primer ministro húngaro ve dificultades para la democracia en Europa

  • La democracia se enfrenta a una situación de dificultades en Europa por el endeudamiento excesivo, el fracaso de la integración social y el ascenso del extremismo, según opina hoy el primer ministro húngaro, Viktor Orban, en declaraciones a "Le Monde".

París, 4 feb.- La democracia se enfrenta a una situación de dificultades en Europa por el endeudamiento excesivo, el fracaso de la integración social y el ascenso del extremismo, según opina hoy el primer ministro húngaro, Viktor Orban, en declaraciones a "Le Monde".

"La democracia se mide por los resultados, por sus éxitos. Y en Europa tenemos sociedades endeudadas, una demografía a la baja, un fracaso de la integración social y una subida del extremismo. Eso debilita nuestros sistemas democráticos", asegura Orban.

"La democracia tiene dificultades en Europa y, tarde o temprano, vamos a enfrentarnos al desafío que representan países que no están organizados democráticamente, pero que tienen más éxito: China y las sociedades asiáticas", comenta el primer ministro magiar en el vespertino francés.

"Miren al presidente (Barack) Obama hoy, ¡que pone sus miras en el Pacífico, no en el Atlántico!, desde el punto de vista de la perspectiva histórica, es un desafío enorme", agrega en la entrevista.

"Deberíamos estimular a nuestros intelectuales y a nuestra clase política a que reflexionen más libremente sobre el futuro de la democracia", en opinión de Orban.

Y en cuanto a las acusaciones de que las políticas aplicadas por su Gobierno se contradicen con principios democráticos elementales, el primer ministro asegura que los países vecinos de Europa central son "solidarios" con el punto de vista del Ejecutivo de Budapest.

"Por lo tanto, no son malentendidos con toda Europa. Dicho esto, comprendo que haya preocupaciones legítimas, sin motivaciones políticas, puesto que el contexto social e histórico occidental no es el mismo que el nuestro".

"En Europa occidental ustedes conocieron dictaduras, el fascismo, la ocupación. Pero no conocieron ni el comunismo ni el postcomunismo", añade Orban.

Y en justificación de la multitud de reformas impulsadas por el Gobierno que dirige, Orban apela a la situación en la que se encontró el país cuando asumió el poder: "estábamos al borde del precipicio hace año y medio".

"Creo que ahora lo peor del peligro ha pasado", afirma después de enumerar las iniciativas aprobadas por el Gobierno de Budapest y tras considerar que, a continuación de lo que califica como el "salvamento" del país por parte del Ejecutivo conservador, ahora es necesario entrar en lo que denomina "fase de consolidación".

Y añade, en relación con los problemas encontrados en el seno de la Unión Europea por las reformas emprendidas en su país, que Hungría no tiene "ningún problema con la UE, que es una comunidad de valores".

Pero advierte de que los húngaros no entienden que en los debates del Parlamento Europeo se compare a Hungría con regímenes autoritarios como el de Corea del Norte: "eso mina el respeto por las instituciones", concluye.

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