El PSOE rebaja aún más el 'umbral de salvación' y mide su éxito en poder pactar

    • Antes eran los 100 escaños. Ahora, la aritmética tiene la clave.
    • Si la suma con Podemos y Ciudadanos supera al PP se darían por satisfechos.
Pedro Sánchez, a su llegada al debate, con su mujer, Begoña.
Pedro Sánchez, a su llegada al debate, con su mujer, Begoña.

Ese umbral psicológico en el que cada partido fija sus éxitos-y sus frustraciones-el 20-D es una variable que en las últimas semanas ha ido subiendo y bajando según la encuesta de turno. Reflejo de la confianza de cada partido en sí mismo y en su propio candidato, en el caso socialista, el umbral se marcaba hace un tiempo nítido en los cien escaños, la marca por debajo de la cual el propio secretario general se daría por sentenciado por los que internamente le han puesto en la picota desde que asumió los mandos del socialismo.

Ahora, esos cien escaños se han rebajado. El éxito en los comicios se mide ya no tanto en número de actas, sino en la aritmética. Si la suma con Podemos o Ciudadanos es posible, el resultado quedará amortiguado ante el que pueda conseguir el PP. "Es la posibilidad de que se pueda articular algo o no", despejan en Ferraz al qué considerarían un fracaso el 'día D'.

Las últimas encuestas confirman un segundo puesto para el PSOE, pero bajo amenaza de Ciudadanos y de Podemos. La media de las publicadas en los últimos días sitúa al partido en una horquilla de entre 76 y 94 escaños. El PP, por su parte, oscilaría entre los 103 y 128, Ciudadanos, entre los 52 y 67 y Podemos, entre los 49 y 64. La volatilidad es evidente.

Sánchez asumió públicamente que si no gana el PSOE lo considerará un fracaso. La sentencia suena más a lema para tratar de movilizar al indeciso temeroso de los partidos sin experiencia, que a pensamiento realista. En Ferraz ese fracaso se relativiza en función de las sumas, y de la distancia que medie ante el PP. No es lo mismo sacar 90 escaños si Ciudadanos tiene 80, que lograr 100, pero que Podemos tenga 40, Ciudadanos, 50 y los populares, 140. Cuestión de aritméticas.

El secretario general está dispuesto a tender la mano a todas las formaciones políticas para gobernar. "La regeneración política pasa porque Rajoy deje de gobernar", considera. Y para eso, quiere conseguir una mayoría que pueda desbancar al PP del Gobierno. Tras las elecciones del 20 de diciembre, ofrecerá a Podemos y Ciudadanos un pacto si éste permite echar a Rajoy de La Moncloa y hacer una nueva política basada en un "programa en común".

El eslabón es que el PP consiga más votos. Rivera ha repetido que el partido más votado debe intentar formar gobierno, aunque también ha reiterado que no apoyaría un nuevo Ejecutivo liderado por Rajoy. Tampoco por Sánchez. Los socialistas esperan conseguir ese apoyo, aunque el secretario general se mostró especialmente bronco contra Rivera en los debates conjuntos. El objetivo entonces era frenar la sangría de voto de rojo a naranja. Las alianzas, para después del 20-D.Sánchez, reticente a dimitir

Que en el PSOE habrá autocrítica tras el próximo domingo no se discute. Ahora, en cierre de filas, pocos expresan su malestar por el resultado que se avecina, pero las elecciones son cruciales no sólo para replantear el futuro del partido, sino su propio liderazgo. En el punto de mira desde que asumió la secretaría, Sánchez confiaba en que los resultados sirviesen para afianzar su mandato. Ahora se despega. "Mi futuro es lo que menos me importa, me importa el de los españoles", suele expresar cada vez que es insistido sobre el asunto.

En la sombra, el liderazgo de Susana Díaz sigue siendo incuestionable y, pese a la tregua acordada para la campaña, pocos en el partido dudan en que su intención es dar la batalla por la secretaría.

Otra cosa es la fuerza con la que la asuma y por ello, Díaz se había planteado como prioridad el lograr una buena marca el próximo domingo. La presidenta de la Junta se ha volcado en la recta hacia las urnas, insistiendo en que Andalucía es clave para la victoria del PSOE. Las encuestas atestiguan lo contrario: el tradicional bastión socialista podría verse muy afectado también por la caída generalizada del partido a nivel nacional. Según el sondeo de Sigma Dos para El Mundo, conocido este domingo, el partido que dirige Díaz podría perder hasta ocho puntos en porcentaje de voto (del 36'6% de 2011 a un 28% ahora), empatando con el PP y perdiendo entre seis y siete diputados, hasta los 18 o 19.

Sánchez, no obstante, es reticente a marcharse, sostienen fuentes socialistas. "Tratará de aguantar todo lo posible", dicen. Otra cosa es que se lo permitan.

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