El terror de la banda Baader-Meinhoff llega a los museos alemanes

  • El terror al que sometió a Alemania la organización Fracción del Ejército Rojo (RAF), también conocida como la banda Baader-Meinhoff, ha llegado a los museos del país a través de una exposición que se inaugura mañana en la Casa de la Historia de Baaden-Württenberg en Stuttgart (suroeste de Alemania).

Rodrigo Zuleta

Berlín, 13 jun.- El terror al que sometió a Alemania la organización Fracción del Ejército Rojo (RAF), también conocida como la banda Baader-Meinhoff, ha llegado a los museos del país a través de una exposición que se inaugura mañana en la Casa de la Historia de Baaden-Württenberg en Stuttgart (suroeste de Alemania).

"Se trata de una época que pertenece al pasado desde hace 15 años, pero que no ha entrado todavía a la historia porque sigue habiendo asesinatos sin aclarar", dijo la comisaria, Paula Lutum-Lenger.

Uno de los objetos de la exposición, la motocicleta desde la que fue asesinado el entonces fiscal general alemán Siegfried Buback el 7 de abril de 1977, es un símbolo de las muchas preguntas sin respuesta que sigue habiendo en torno a la RAF.

"Mientras no sepamos quiénes iban en esa motocicleta y quién disparo contra Siegfried Buback la RAF no será historia", dijo la comisaria.

La motocicleta, una Suzuki GS 750, está justo al final de la exposición, como mostrándole a los visitantes a la salida que no todo está contado sobre el terror de la RAF.

Al comienzo, hay un espacio dedicado a las 32 víctimas mortales de la RAF lo que, según los organizadores, evita el peligro de que la muestra sirva para mistificar al grupo terrorista.

Sin embargo, la exposición no se concentra sólo en las víctimas, sino que también trata de reconstruir el ambiente en el que surgió la RAF, en momentos en que parte de la juventud alemana protestaba contra la guerra de Vietnam y contra la generación de sus padres a la que veía como cómplice del nacionalsocialismo.

La muerte del estudiante Benno Ohnesorg, abatido por los disparos de un policía en una manifestación contra una visita del Sha de Irán, es abordada por la exposición como parte del fermento que daría origen al terror de la RAF.

Entre los manifestantes de aquel día de junio de 1967 está Gudrun Ensslin, la hija de un pastor protestante obsesionada con un posible retorno del fascismo a Alemania que vio en los disparos contra Ohnesorg una confirmación de sus temores.

Un mes después Ensslin conocería a Andreas Baader. En abril de 1968, Ensslin, Baader y otros dos miembros de la organización perpetraron un atentado incendiario contra una tienda en Fráncfort.

El salto definitivo a la violencia y la clandestinidad, llegó el 14 de mayo de 1970, con su primera víctima mortal.

Fue Georg Linke, un empleado Instituto Central de Asuntos Sociales donde Baader, con un permiso especial de la cárcel, ayudaba a Ulrike Meinhoff a redactar un libro sobre la juventud rebelde alemana.

Esta muerte precipitó a todos los miembros del grupo a una clandestinidad sin regreso.

A finales de 1972 Baader, Ensslin y todos los cabecillas del grupo volvieron a caer en manos de las autoridades y fueron internados en la prisión de alta seguridad de Stammheim, que se convertiría en un lugar legendario.

En la cárcel -que también tiene su lugar en la exposición de Stuttgart- los terroristas harían huelgas de hambre y uno de ellos, Holger Meins, moriría como consecuencia de una de ellas.

Allí Jean Paul Sartre visitaría a Baader, con quien sostendría una discusión sobre la legitimidad de la acción armada. Y allí terminarían suicidándose Meinhof, primero, y luego todos los otros al ver que los esfuerzos por liberarlos resultaban infructuosos.

Afuera, Brigitte Mohnhaupt lidera la llamada segunda generación de la RAF, cuyas acciones estaban destinadas ante todo a presionar en favor de la liberación de Baader y de sus compañeros o a vengar sus condenas.

Entre sus víctimas, el banquero Jürgen Ponto, al que intentaron secuestrar, y el presidente de la patronal Hanns Martin Schleyer, tras varias semanas de secuestro.

Entre los objetos de la exposición está la cinta de una corona fúnebre que depositaron en la tumba de Schleyer los familiares de sus guardaespaldas, que murieron durante su secuestro.

La RAF seguiría activa al menos hasta 1989, cuando un comando asesinó al presidente del Bundesbank Alfred Herrhausen. En 1998 el grupo declaró su disolución.

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