El violador del Eixample no tiene perfil psicopático, dice experto psiquiatra

  • El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Forense, Leopoldo Ortega-Monasterio, ha dicho que Alejandro Martínez Singul, el segundo violador del Eixample, no tiene un perfil psicopático, lo que, según ha puntualizado, sería más difícil de rehabilitar.

Barcelona, 3 jul.- El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Forense, Leopoldo Ortega-Monasterio, ha dicho que Alejandro Martínez Singul, el segundo violador del Eixample, no tiene un perfil psicopático, lo que, según ha puntualizado, sería más difícil de rehabilitar.

En una entrevista con EFE-TV, Ortega-Monasterio ha señalado que tuvo ocasión de "peritar en una ocasión a Martínez-Singul, en una vista pública, por lo que no existe un secreto profesional" que limite sus declaraciones", y que también se entrevistó con la familia.

Para este psiquiatra forense, Martínez Singul presenta más bien un perfil de "inmadurez neurótica de la personalidad, como una forma muy regresiva y primaria de expresar su sexualidad, y este tipo de alteraciones tiene mejor pronóstico que cuando se trata de lo que se entiende por un psicópata desalmado con un perfil de personalidad intrínsecamente peligroso".

Alejandro Martínez Singul, el segundo violador del Eixample, saldrá el jueves de la cárcel tras someterse, voluntariamente, a la terapia de inhibición del deseo sexual o castración química, y tras haber cumplido íntegramente su última condena de más de 3 años por intentar abusar de una niña de 12 años.

En opinión de Ortega-Monasterio, que este violador haya seguido los tratamientos, "tanto de psicoterapia individual como de grupo, y además un tratamiento químico hormonal que le inhibe, le frena y le mitiga el impulso sexual biológico, son factores para que su conducta se mantenga bien orientada y no haya reincidencia".

Ha asegurado además que "a esta persona no se la dejará a la buena de dios y sin ningún tipo de control, no porque se le vaya a restringir su libertad una vez haya cumplido su condena, sino porque se le va a ofrecer grupos de ayuda, terapia y ayuda emocional para que pueda llevar una vida normal, como a todo ciudadano que ha quebrantado la ley y ha cumplido su condena".

Sobre el control al que será sometido para que se tome la medicación, el psiquiatra forense ha dicho que puede ir a un centro público para que le sea administrada "delante de una enfermera o un facultativo. El tipo de patología que padece responde mejor al tratamiento".

"No es un enfermo -ha precisado Ortega-Monasterio- porque no es un enajenado que no sepa lo que hace, pero sí que tiene una patología, su inmadurez, y cierta parafilia por su preferencias por las menores, pero si ha recibido tratamiento puede estar en libertad como cualquier otra persona que tenga una patología".

Este tipo de patologías, según el psiquiatra forense, se curan en muchos casos y, aunque otros casos necesitan un tratamiento continuado, "se puede decir que un amplio porcentaje no reincide si hay un buen tratamiento continuado".

El tratamiento químico para este tipo de personas inhibe la fabricación de testosterona, que es la hormona sexual por excelencia que actúa sobre el cerebro activando la libido, y por lo tanto apaga el deseo y la capacidad y respuesta genital.

La vida sexual de estas personas no queda anulada pero sí inhibida "como si a un coche le quitaran los caballos: su vida sexual queda muy atenuada", ha apuntado.

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