¿Sería tan rápida la Justicia española con un caso Strauss-Kahn?

 La detención del director gerente del FMI DominiqueStrauss-Kahn, y su posterior comparecencia ante un tribunal de Nueva Yorkha creado la idea de que la Justicia americana es rápida y eficiente. Más quela española, famosa por su exasperante lentitud.

Horas después de haber recibido una denuncia de agresión sexual el sábado 14 de mayo, y antes de que el director del FMI saliera en avión a Francia,la policía fue al aeropuerto, irrumpió en el aparato, y de ahí condujo aStrauss-Kahn a una comisaría. Pasó allí dos noches (era fin de semana), y ellunes 16, cuando abrieron los tribunales de Nueva York, prestó declaración. Lajuez dictó prisión preventiva, hasta que el viernes próximo continúe lapresentación de pruebas.¿Habría sido tan rápida la Justicia española en un caso similar?

"Sí", contesta sin dudarlo Gemma Ortiz, de Pardo Abogados."En España la policía puede detener a una persona cuando existen indicios claros de que ha cometido un delito. En estos casos debe ponerla a disposición judicial en un plazo máximo de 72 horas, y el juez puede adoptar una medida cautelar, entre las que destacan, la prisión provisional o la libertad bajo fianza".

Cuando se trata de un supuesto delito de violencia cometido contra unamujer, la policía española es incluso más expeditiva. "Cuando el agresor es o ha sido cónyuge, o mantiene o ha mantenido una relación similar, aún sin convivencia, el juez de guardia no solamente adopta una medida cautelar para el presunto delincuente, sino que además adopta una medida de protección integral de la víctima, que comprende la prohibición de acercarse a ella o de comunicarse con ella por cualquier medio", aclara Ortiz.Algunos han calificado a este sistema como pionero en toda Europa, porque basta con una denuncia por parte de la mujer para que el hombre sea obligado a abandonar el hogar en 24 horas. Otros piensan que es demasiado radical, pues sin que se haya probado que exista un acto de violencia, el hombre es tratado como un delincuente, incluso esposado, y puede pasar directamente a la prisión de una comisaría hasta que el juez le tome declaración.