El año pasado, el país generó 1.558 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, un 0,9% menos que en 2013, pero fue su segundo mayor registro de los últimos seis años, según detalló la ONG en su reporte anual este jueves.
"Se consolida una fase de estabilización de las emisiones brasileñas desde 2009, en alrededor de 1.500 millones de toneladas de dióxido de carbono y después de un periodo de baja acentuada entre 2005 y 2009 debido a las sucesivas mermas en la tasa de deforestación de la Amazonia", dijo el Observatorio del Clima.
No obstante, el cambio en el uso de la tierra -que incluye la tala y quema de bosques- fue acompañado por incrementos en los demás sectores medidos, como el energético, cuyas emisiones crecieron 6% interanual "incluso con la economía prácticamente estancada", dijo la ONG.
El PIB brasileño se expandió apenas 0,1% en 2014 y se proyecta una contracción del 3% este año.
Los gases de efecto invernadero producidos por el sector de energía se explican por un aumento del consumo de gasolina y diésel en el transporte y por una mayor generación eléctrica.
"El aumento de las emisiones en la generación eléctrica llegó al 23% solo en 2014. Sumando el aumento ya verificado en 2012 y 2013, las emisiones casi se triplicaron en tres años", apuntó el informe.
La deforestación fue nuevamente en 2014 el capítulo más importante de la generación de gases de efecto invernadero de Brasil, con el 31,2% del total, seguido de la energía, con el 30,7%, el agro, con el 27%, los procesos industriales, con 6%, y los residuos con el 3%.
Mientras que el sector agropecuario retrocedió marcadamente entre las actividades económicas, el transporte y la energía eléctrica están recorriendo el camino contrario.
Para ambientalistas, el desafío de Brasil es justamente comenzar a reducir emisiones en esos otros sectores, ya que las provocadas por la deforestación han caído aún cuando sigan siendo la principal fuente.
"Desde 2013 a 2014 conseguimos una buena reducción de la deforestación como primer emisor, pero todo ese éxito fue 'tragado' por el aumento de los demás sectores. Eso muestra que nuestro desafío es grande", comentó André Ferretti, coordinador general del Observatorio del Clima, al presentar los resultados en Sao Paulo.
La ministra de Medio Ambiente Izabella Teixeira, que participó de la presentación, señaló de su lado que "la discusión sobre el clima es irreversible", reafirmando la postura de Brasil de cara a la próxima conferencia mundial de París COP21 sobre medioambiente, a inicios de diciembre.
El gigante sudamericano, considerado clave para los acuerdos en la cita de París, presentará su meta de reducir en 37% sus emisiones de carbono para el 2025 y 43% para 2030 en un esfuerzo por combatir el cambio climático, asunto central de la cumbre en Francia.
Además espera eliminar la tala ilegal en la Amazonia para 2030 y restaurar más de 30 millones de hectáreas de bosques.
"Brasil tenía una prevalencia (sobre emisiones) asociada al uso de la tierra y la deforestación. Con la caída de la deforestación en la Amazonía, aún cuando eso no está resuelto, ¿cómo vamos a hacer?", planteó la ministra.
"Es necesario tener un diálogo de adultos", insistió.
Algunas organizaciones ambientalistas consideran que las metas de Brasil son plausibles pero poco ambiciosas.
La emisión per cápita de la séptima economía mundial fue de 7,8 toneladas de dióxido de carbono, casi sin cambios respecto de las 7,7 toneladas del año precedente. Brasil tiene una población de 204 millones de personas, según el último censo oficial.
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