¿En qué se traducen los votos? Así se reparten escaños en Euskadi y Galicia

  • El voto de los electores que acudan a las urnas el domingo para elegir a 75 parlamentarios gallegos y vascos no valdrá lo mismo en todas las circunscripciones, y mientras que en Euskadi podrán entrar al Parlamento los partidos que obtengan un 3 % de los votos, en Galicia será necesario alcanzar el 5 %.

Lourdes Velasco

Madrid, 18 oct.- El voto de los electores que acudan a las urnas el domingo para elegir a 75 parlamentarios gallegos y vascos no valdrá lo mismo en todas las circunscripciones, y mientras que en Euskadi podrán entrar al Parlamento los partidos que obtengan un 3 % de los votos, en Galicia será necesario alcanzar el 5 %.

En el País Vasco, cada una de las tres provincias elige a 25 parlamentarios, lo que implica que un escaño cueste más en Vizcaya o en Guipúzcoa que en Álava, la circunscripción con menor población.

A diferencia de Galicia, donde la ley electoral sí tiene en cuenta el criterio de población además del territorial, en Euskadi la distribución de escaños sólo incluye el criterio de población, debido a que, explica a Efe el profesor de Ciencias Políticas de la UPV Alfredo Retortillo, se entiende que "la autonomía no es un sujeto unitario sino la suma de los derechos de los tres territorios históricos".

En Galicia, se eligen en total 75 parlamentarios. En estas elecciones la provincia de A Coruña elige 24 diputados, Pontevedra, 22; Lugo, 15 y Orense, 14.

El Estatuto de Autonomía gallego establece que los diputados del Parlamento serán entre 60 y 80, pero la ley electoral de 1985 fijó en 75 el número de parlamentarios y en 10 el mínimo inicial de diputados por cada una de las circunscripciones electorales, que en el caso gallego se corresponden con la provincia.

Los 35 diputados restantes se distribuyen entre las provincias en proporción a su población, y el presidente de la Xunta especifica en el decreto de convocatoria de elecciones el número de parlamentarios que corresponde a cada una de las provincias.

Pese a que se tienen en cuenta criterios de población, dado que todas las provincias tienen que estar representadas con un mínimo de 10 diputados, las demarcaciones de menor población, Ourense y Lugo, tienen mayor preso proporcional en el Parlamento. Conseguir un parlamentario en esas provincias cuesta menos votos que en A Coruña o Pontevedra.

El actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, plantea reducir de 75 a 61 el número de parlamentarios -uno más que el mínimo de 60 marcado por el Estatuto de Autonomía- con la idea de fomentar la eficiencia y el ahorro también desde las instituciones.

Si no se altera el número de escaños mínimo con que debe contar cada circunscripción electoral según el Estatuto, la propuesta de Feijóo supondría reducir el número de escaños variables en función de la población, que pasarían de los 35 actuales a 21, por lo que la representación de Ourense y Lugo sería aún mayor proporcionalmente, explica a EFE el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela Carlos Ruiz Miguel.

En Euskadi, el número de escaños es igual para las tres provincias, pese a que el número de votantes es muy diferente. Por territorios, en Vizcaya hay un censo de 948.378 electores (918.143 residentes en Euskadi y 30.235 en el extranjero); en Guipúzcoa 554.271 (575.925 y 21.654) y 250.988 en Álava (246.320 y 4.668).

"Siempre se dice que el voto de un alavés vale por el de cuatro vizcaínos", explica el profesor Alfredo Retortillo, quien sostiene que esa igualación ha perjudicado tradicionalmente al PNV porque su "hegemonía vizcaína no encuentra refuerzo en el Parlamento".

Y en cambio, fuerzas como el PP -con un mayor empuje electoral en Álava- están "sobrerrepresentadas" en la cámara vasca, aunque, sostiene Retortillo, la diferencia cuantitativa tampoco sería muy significativa, si se aplicasen criterios de población, ya que la variación sería de uno o dos escaños arriba o abajo.

Con respecto al mínimo de votos que deben obtener las formaciones para tener representación, en Galicia es ahora del 5 % -mientras que en la primera ley fue del 3 %- y en Euskadi del 3 %, aunque en la primera legislación electoral era del 5.

La distribución de escaños se reparte en función de la ley d'Hondt, un sistema de cálculo proporcional "corregido", que evita la atomización parlamentaria, creado a finales del siglo XIX por el jurista belga Victor d'Hondt.

La atribución de escaños en función de los resultados del escrutinio se realiza de acuerdo con unas reglas, la primera de las cuales es que se excluye primero a las candidaturas que no hayan obtenido, al menos, el 3 por ciento de los votos válidos emitidos, en el caso vasco y del 5 por ciento en el caso gallego.

Así, tras descartar a aquellas formaciones que no hayan obtenido el mínimo porcentual de votos, para efectuar el reparto de escaños se ordenan de mayor a menor, en una columna, las cifras de votos obtenidos. Se divide después el número de votos de cada candidatura por 1, 2, 3, etc, hasta llegar al número de escaños que corresponden a esa circunscripción.

Tras este proceso, los escaños se atribuyen a las candidaturas que obtienen los cocientes mayores, atendiendo a un orden decreciente.

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