"Encuentras trabajo y la vida te da la vuelta", confiesa un nuevo contratado

  • Por Sofía Martínez.

Por Sofía Martínez.

Madrid, 4 mar.- "Cuando encuentras trabajo la vida te da la vuelta", confiesa Alfredo, una de las 1.949 personas que encontraron empleo en febrero según las cifras del paro registradas hoy, cuyos testimonios han sido recogidos por EFE.

A sus 41 años, con 15 como profesional del mundo del textil, es desde hace unas semanas uno de los nuevos empleados de una tienda de ropa y complementos de Madrid.

Su historia no dista mucho de la de otros miles de parados españoles: su empresa le aplicó un ERE y se vio obligado a reinventarse y recurrir a sus conocidos para seguir llevando dinero a casa.

"Lo mío fue una mezcla entre mi aptitud para el trabajo y el conocer a alguien en la tienda", afirma jovial después de salir del nuevo empleo que le ha permitido no solo "vivir más desahogado", sino mejorar su vida personal y de pareja y levantar su baja moral.

Su amigo Joaquín también se vio obligado a dar un cambio de rumbo a su vida cuando la tienda en la que trabajaba en Madrid cerró a causa de la crisis, lo que le llevó a "patearse la calle" en busca de una oportunidad y a pasarse horas buscando en Internet consciente de que "en el INEM poca cosa hay".

Después de tres meses en paro, una diplomatura y una década de vida laboral a sus espaldas, ha comenzado a trabajar como dependiente en una tienda para ir "salvando los muebles" y empezar a sentirse útil cuando se levanta por las mañanas.

Considera un éxito profesional y también personal el haber conseguido un empleo en estos tiempos de crisis, aunque a cambio de unas condiciones económicas que define como "poco favorables" para los trabajadores.

A diferencia de Alfredo y Joaquín, lo que le impulsó a encontrar un empleo a Ana, estudiante de Bellas Artes de 23 años, no fue tanto tener que hacer frente a una hipoteca o mantener una familia sino tratar de labrarse un futuro profesional en el mundo del diseño.

Este pasado febrero, firmó un contrato por obra y servicio con un estudio de maquetas de arquitectura en el que ya había trabajado en verano, y cuyo jefe la volvió a contratar como ayudante para sacar adelante uno de los proyectos del estudio.

Solo lleva trabajando una semana en su nuevo puesto de trabajo, pero ya se ha acostumbrado a cambiar las tardes de estudio en la universidad por las diez horas diarias que le exige su nuevo contrato, por el que le pagan 800 euros.

"Es una especie de explotación", asegura tras llegar a casa después de una de sus primeras jornadas laborales, pero es consciente de que lo necesita para su currículum, formarse y conseguir ahorrar.

Ana está dando sus primeros pasos en el mundo laboral y sabe que aunque el trabajo es "duro" y está cobrando 400 euros menos de lo que ganaría un ayudante de maquetista profesional, "merece la pena" y se siente muy agradecida por haber encontrado este trabajo.

Inés es otra de las 1.949 personas que el pasado mes estrenaron una ocupación laboral, algo que para esta estudiante de periodismo de la Universidad Carlos III es relativamente nuevo.

Desde hace un par de semanas, trabaja como becaria en el departamento de comunicación de la sala de teatro independiente La Usina, donde promociona el teatro y se dedica a otras actividades con un horario "flexible" que compagina con sus clases.

"Es una manera de aplicar lo aprendido en clase", explica Inés al recordar por qué motivo se decantó por hacer sus prácticas profesionales en una sala de teatro.

A pesar de haber dado el salto a la vida laboral, refiere que para ella este empleo "no es tanto un trabajo sino una prolongación de la universidad", y por eso no aspira a un contrato cuando finalicen sus prácticas: "Por ahora, ese no es mi objetivo".

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