¿Era la mejor forma de Sánchez de ganar el debate? No, pero sí de ganarse a los suyos

    • Tanto Rajoy como Sánchez disputaban un debate tácito con las mirada puesta en sus propios intereses partidistas.
    • Sánchez salió a golpear a su rival más por la necesidad de consolidarse ante los suyos que por derribar al Presidente.
Pedro Sánchez acusa a Rajoy de no ser "una persona decente" y el presidente le dice que es "ruin y miserable"
Pedro Sánchez acusa a Rajoy de no ser "una persona decente" y el presidente le dice que es "ruin y miserable"

Mariano Rajoy ha reconocido en público que mantiene buena sintonía personal con el líder socialista Pedro Sánchez. El tono brusco que ha adquirido el debate en algunos momentos puede dar una una impresión contraria.

Ambos líderes han disputado un debate tácito con la mirada puesta en sus propios intereses partidistas. Es el otro efecto del 20D, que no definirá sólo el parlamento sino la correlación de fuerzas y la forma de interactuar unas con otras en el futuro. Futuro que será, como mínimo, a cuatro, no a dos como hasta ahora.

Nadie en el Partido Popular cuestiona abiertamente el liderazgo de Mariano Rajoy. Al menos, no mientras los resultados electorales no arrojen un panorama claramente adverso para el PP. Las encuestas dan la victoria a los populares, pero prevén un pacto de investidura con Ciudadanos. La mayor preocupación de Rajoy no es Pedro Sánchez ni el número de escaños socialistas, sino cuánta fuerza habrá adquirido Albert Rivera en el momento de sentarse a negociar con el presidente del Gobierno.Rajoy necesita un Rivera más débil que Sánchez

A Rajoy le conviene más un Rivera en tercera o cuarta posición que un Rivera investido de la autoridad de jefe de la oposición. El presidente habría cometido un error estratégico si hubiera hundido a Sánchez en el debate y hubiera provocado un trasvase de votos socialistas a Ciudadanos. Porque en tal caso el acuerdo con Rivera, que se prevé difícil, se convertiría en misión imposible. Podemos y PSOE apoyarían a Ciudadanos antes que al PP. La formación naranja solo tendría que garantizarse un respaldo estable en el Parlamento.

En el futuro político de Pedro Sánchez surcaban negros nubarrones que parecen haberse despejado en la noche de este lunes. El actual secretario general del PSOE fue objeto de muchas críticas por su desempeño en los debates sin Rajoy. Algunas encuestas han colocado al PSOE por detrás de Ciudadanos. Los votantes socialistas recibían constantes y tentadores guiños de los partidos emergentes. En esta situación crítica, Sánchez sabía que sólo le quedaba un balón de oxígeno: atacar de manera inmisericorde a Rajoy para reconstruir su perfil como jefe de la oposición. A eso se ha dedicado en las dos horas de debate.

La dureza algunas declaraciones no es casual: "Usted no es un político limpio". Da la impresión que ha pillado algo desprevenido a un Rajoy que estaba dispuesto a recibir golpes, pero no tantos, tan seguidos y tan dolorosos.

El candidato del PP no quería destruir a su oponente, aunque podía haberlo intentado. El del PSOE sí lo ha intentado hacerlo con todas sus fuerzas, aunque sabía que sería imposible lograr este objetivo. Y ante los suyos no le ha venido mal parecer que lo pretendía.

¿El resultado? Razonablemente satisfactorio para los dos. El presidente mantiene intactas sus posibilidades de dirigir las futuras negociaciones de Gobierno y Pedro Sánchez baja el volumen de las voces que le cuestionaban como líder de la oposición.

Sigue @martinalgarra//

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