Iglesias y Errejón echan un pulso en el Consejo Ciudadano de Podemos

  • Las dos corrientes llegan más enfrentadas que nunca a la reunión de su órgano político. 

    Habrá debate: modelo organizativo, crisis territoriales y votación a Echenique como nuevo número tres. 

Iglesias y Errejón echan un pulso en el Consejo Ciudadano de Podemos
Iglesias y Errejón echan un pulso en el Consejo Ciudadano de Podemos

Podemos se enfrenta a sus fracturas. El partido llega este sábado a su Consejo Ciudadano estatal, el equivalente a la ejecutiva, descosido en dos. Las corrientes de 'pablistas' y 'errejonistas', aún más distanciadas en las últimas semanas, asumen el reto de recomponer la sintonía interna en un proceso decisivo de las negociaciones.

Los 62 miembros de este órgano han de ratificar el nombramiento de Pablo Echenique como nuevo secretario de Organización, a propuesta de Iglesias. No se prevén sorpresas, pese al desacuerdo evidente que ha provocado el cese del anterior número tres, Sergio Pascual. El líder de Aragón genera un acuerdo mayoritario en el partido. Iglesias confía en su carácter de “hombre de paz” para apaciguar los ánimos y replantear la estrategia.El debate de la refundación

El cónclave será a puerta cerrada. Se anticipa intenso. Será el momento de plantear el debate sobre el futuro táctico y organizativo del partido. Echenique ha dedicado los últimos días a preparar el documento de trabajo que pondrá en manos del secretario general.

El barón aragonés es partidario de abrir el partido de nuevo a las bases, hasta ahora vaciadas de poder, de descentralizarlo en favor de los territorios. Una visión que comparte con la militancia y que le distancia de la táctica pilotada hasta ahora por Errejón, más centralista.Errejonistas y pablistas, la 'guerra' sin fin

El número dos rompió esta semana un silencio de varios días, interpretado en protesta por el cese fulminante de Pascual, para admitir que Podemos debe repensar un nuevo ciclo.

De “maquinaria de guerra electoral”, diseñada para un ciclo corto “con enorme éxito”, dijo, habrá de pasarse a una etapa más “pausada y sosegada”. Un nuevo modelo debe apostar, según Errejón, por más “federalización” y por ampliar la construcción de movimiento popular.

La tesis lo acerca más a Iglesias, pero aún así, la reconciliación entre los dos principales dirigentes de Podemos está aún lejana. Errejón ha reconocido las diferencias con su líder. “No comparto todas sus decisiones, es evidente”, admitió en la misma intervención. A mejorar las relaciones no contribuye tampoco que Iglesias haya decidido sustituirle al frente de la comisión que se encargará de negociar un acuerdo de gobierno.

Errejón cuenta con una nutrida representación de partidarios en el Consejo, entre ellos la portavoz madrileña Rita Maestre o la eurodiputada, Tania González. Iglesias acude con su comitiva. Será el momento de testar el pulso de liderazgos.

La dirección de Podemos, no obstante, rechaza que se abra ahora un debate político. El líder de Podemos trató hace unos días de cerrar filas convocando a los barones para explicarles las razones de Pascual. No logró evitar las críticas de quienes le reprochan equivocaciones, en el fondo, y también en las formas. Entre los partidarios de Errejón, los últimos golpes de mando se asumen como un aviso para acallar voces disidentes.Solución a las crisis territoriales

El Consejo habrá de convenir también cómo resolver las crisis territoriales de Galicia, Cataluña, País Vasco, Cantabria y Madrid. En la primera rige una gestora. En Cataluña el partido corre el riesgo de terminar 'fulminado' por la nueva apuesta política de la alcaldesa, Ada Colau. La participación en este partido no se tomará hasta que los nuevos órganos de dirección se constituyan.

La crisis madrileña sigue latente. Los dirigentes vascos reclaman una mayor autonomía, que pasaría incluso por constituirse como federación.

Todo ello, mientras se reabren las negociaciones para el gobierno. Existen divisiones entre los que opinan que es necesario ir a por todas en el acuerdo con el PSOE, y los que optan por una abstención que permita a los socialistas un “gobierno corto” con Ciudadanos para afrontar, en unos dos años, el sorpasso.

La postura sigue inamovible. Pese a la “cesión” de la vicepresidencia, el veto a Ciudadanos torpedea cualquier posibilidad de acuerdo. La vía del 161 o del acuerdo 'a la valenciana' que defiende Iglesias requiere del apoyo, por pasiva, de los partidos independentistas. Algo que impide el Comité Federal socialista. Los próximos días serán decisivos para el partido. En lo orgánico, y en lo político. 

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