Espíritu olímpico se instala en Buenos Aires con fuertes medidas seguridad

Natalia Kidd

Buenos Aires, 4 sep.- Puerto Madero, el barrio más moderno y elitista de Buenos Aires y donde el sábado se anunciará la sede de los Juegos Olímpicos 2020, va encendiendo poco a poco el calor de la llama olímpica, en medio de un impresionante despliegue de seguridad, mientras la ciudad permanece ajena a la competencia.

Los accesos al hotel Hilton, uno de los más lujosos de la capital argentina y donde se desarrollan las actividades del Comité Olímpico Internacional y de las delegaciones en competencia - Madrid, Tokio y Estambul -, están vedados y tomados por las fuerzas de seguridad.

Solo los miembros de las delegaciones, debidamente acreditados, pueden acceder al interior del hotel o al edificio anexo que se utiliza, entre otros fines, como sala de ensayo para las presentaciones del próximo sábado.

Los periodistas deben conformarse con deambular por los alrededores o protegerse del frío del invierno austral en una gigantesca carpa dispuesta para la prensa a unos cien metros del hotel.

Unos 2.000 periodistas se han acreditado para la cobertura del evento, "más que para una cumbre", presume uno de los miembros de la organización, que no deja de subrayar que buena parte de los acreditados son japoneses.

"Éste es un evento muy importante para nosotros", dice a Efe un enviado de la televisión japonesa para seguir en Buenos Aires la suerte de Tokio.

Fuera del círculo del Hilton, la prensa ha desistido de buscar en la ciudad rastros de la 125 reunión del COI o de las campañas de las tres candidatas.

Alguno se entusiasmó con la vista de un cartel publicitario, a metros del Hilton, en la esquina del edificio corporativo de la petrolera YPF, con una eslogan en árabe y la leyenda en inglés "I need Spain", e interpretó que podría ser un mensaje subliminal "pro Madrid", pero salió de su error cuando se percató de que, en realidad, la imagen de fondo corresponde a una postal de Barcelona.

Ajenos a la convocatoria del COI, los vecinos de Puerto Madero mantienen su rutina, solo alterada por la presencia de la Policía.

"La verdad es que no me molesta para nada. Entiendo el tema de la seguridad, evito los vallados y listo", dice a Efe Juliana, una vecina del barrio que todos los días sale a correr.

Los oficinistas que trabajan en la zona son los más afectados porque se complica buscar aparcamiento pero, en contraste, los dueños de los puestos callejeros que venden comida en la cercana Costanera Sur, a unas dos cuadras del hotel y junto a la reserva ecológica de la ciudad, están de enhorabuena.

"En estos días hay más gente. Sé que es por lo de los Juegos porque le veo las credenciales colgando", dice a Efe Pedro, dueño de uno de los puestos, que asegura que los extranjeros "mueren" por los "choripanes" y los bocadillos de bondiola argentinos.

La ausencia de autos circulando vuelve aún más apacible a este barrio, que de por sí es bastante tranquilo.

Frente a un viejos silos, uno de los últimos recordatorios de que este barrio fue otrora una instalación portuaria, un moderno camión escáner del Ministerio de Seguridad de Argentina chequea cada vehículo que es autorizado a ingresar en el perímetro de seguridad.

Decenas de prefectos, la fuerza de seguridad creada para vigilar las costas del país y encargada de custodiar Puerto Madero, patrullan la zona, casi en solitario.

"¿Hasta cuándo pensás quedarte 'fondeado' acá?". "Llevo desde la mañana, recién pude ir al baño", dialoga un guardacostas con otro, parapetado junto a una valla de seguridad.

Más allá, una escultura del argentino Juan Manuel Fangio, quíntuple campeón de Fórmula 1, en silencio y soledad mira hacia el hotel, tal vez soñando desde el más allá con que alguna vez el automovilismo sea deporte olímpico.