Euskadi negocia esta semana en Nueva York la prórroga del convenio Guggenheim

Bilbao, 5 oct.- Las instituciones vascas negociarán esta semana en Nueva York con la Fundación Guggenheim la prórroga del convenio que permitió abrir el museo de Bilbao, una renovación que ambas partes quieren porque "merece la pena prorrogar el éxito", como ha dicho el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el diputado general estarán el viernes 11 con la fundación estadounidense para trabajar en la renovación del convenio por el que el museo de Bilbao usa la marca Guggenheim, que expira a final de 2014.

El Gobierno de Vitoria y la Diputación de Bizkaia son los dueños a partes iguales del Guggenheim Bilbao, que se puso en marcha en 1997.

Este jueves, durante la presentación de una exposición de Antoni Tàpies en la pinacoteca bilbaína, el diputado general recordó que su presencia y la del lehendakari en Nueva York van a servir para "visualizar el compromiso de ambas instituciones con este museo, con la marca y la red Guggenheim".

"Lo que pretendemos es volver a prorrogar de mutuo acuerdo este convenio que tantos beneficios ha traído para Bilbao, Bizkaia, Euskadi y también para la fundación", dijo.

En la cita neoyorquina, se dejará perfilada la renovación para que los patronatos del museo de Bilbao y de Nueva York den el visto bueno al nuevo convenio en las respectivas reuniones que celebrarán antes del verano del próximo año.

En estos 16 años, el Guggenheim Bilbao ha generado un impacto económico de 3.173 millones, "37 veces su costo de construcción" (84 millones), y en 2012 tuvo un nivel de autofinanciación del 70 %.

El PNV, que dirige la Diputación de Bizkaia y ahora también el Gobierno Vasco, siempre ha defendido la continuidad de los acuerdos actuales con la Fundación Guggenheim, frente a la posición más crítica de PSE-EE, PP y UPyD, así como de EH Bildu.

De hecho, en la pasada legislatura, el Parlamento vasco acordó, tras dos años de trabajos en una ponencia, pedir más autonomía para la parte vasca y que el museo bilbaíno deje de ser una franquicia de la Fundación y pueda tener una capacidad de interlocución propia en el escenario internacional sin seguir la programación de la Fundación.