Exposición revela influencia de Japón en estética y el arte español siglo XIX

  • La influencia del arte y la estética japonesa en Europa, España, y muy especialmente en Cataluña con el modernismo, desde mediados del XIX, se descubre en CaixaForum en una exposición que por primera vez explica cómo arraigó en artistas como Toulouse-Lautrec, Manet, Picasso, Dalí, Miró, Fortuny o Nonell.

Barcelona, 13 jun.- La influencia del arte y la estética japonesa en Europa, España, y muy especialmente en Cataluña con el modernismo, desde mediados del XIX, se descubre en CaixaForum en una exposición que por primera vez explica cómo arraigó en artistas como Toulouse-Lautrec, Manet, Picasso, Dalí, Miró, Fortuny o Nonell.

Formada por más de 300 piezas de 108 prestamistas públicos y privados, muchas de ellas no expuestas al público habitualmente, la exposición ofrece una visión panorámica de las manifestaciones artísticas que formaron parte del japonismo, como pintura, grabado, dibujo, ilustración, joyería o decoración, entre 1870 y la Guerra Civil española, ha explicado hoy su comisario, Ricard Bru i Turull.

La muestra, que se enmarca en la celebración de los 400 años de las relaciones diplomáticas entre Japón y España, arranca con los primeros contactos entre ambas culturas en 1549 a través de las misiones jesuíticas, y con un altar portátil de lacas Namban de 1600 con un cristo de coral, que es un ejemplar único en el mundo.

Una acuarela realizada en París por James Tissot del príncipe Tokugawa Akitake, hermano del último jefe militar de la dinastía que mantuvo a Japón cerrada al mundo durante 200 años, simboliza el inicio del japonismo, que sigue con otra obra de Alfred Stevens la cual muestra la fascinación de Oriente con una mujer vestida con un quimono.

Durante el recorrido se explica cómo en las exposiciones internacionales de París de 1867, 1889 Y 1900 Japón se abrió a la modernidad y se convirtió en un aire fresco de inspiración, tras abrirse el país a Europa en 1854.

Según Bru, en el arte japonés los artistas europeos vieron una increíble fuente de inspiración procedente de sus grabados, su arte con machas de color, sus nuevas perspectivas, sus vistas aéreas y en las formas de representar la naturaleza, que adoptan de inmediato.

Tras remarcar que sin el japonismo no se puede entender lo que fue el Impresionismo, el Modernismo y el Art Noveau, Bru ha explicado que todos los grandes artistas de esa época coleccionaban arte japonés porque se sintieron fascinados por el país y sus manifestaciones artísticas.

El pintor Marià Fortuny fue quien introdujo el japonismo en España desde París y pronto influyó en otros artistas, como Salvador Dalí, de quien se muestra un biombo pintado en su juventud de estilo oriental.

De Joan Miró se expone un retrato de 1917 procedente del MOMA del también pintor y amigo Enric Cristòfol Ricart, con fondo japonés y que firmó dentro de un cartucho como hacen los artistas nipones.

En el CaixaForum Barcelona se pueden ver también una reconstrucción parcial del pabellón japonés de la Exposición Internacional de 1888 celebrada en la capital catalana, y el catálogo original de la muestra.

También hay piezas del salón japonés que los hermanos Masriera tenían en su taller de orfebrería de la calle Bailén en Barcelona, y un retrato que Ramón Casas hizo en 1902 de Sadayakko, la primera actriz japonesa que triunfó en Europa, y que ese año actuó en la capital catalana.

De Picasso se pueden ver un esbozo en papel de esta actriz japonesa y un menú hecho a lápiz de "Els 4 Gats"; de Toulosuse-Lautrec dos litografías en color y de Eduard Monet un cuadro en forma de abanico con crisantemos.

Como muestra de que el arte japonés influyó en los más diversos ámbitos, también se muestran catálogos, facturas y carteles de inspiración japonesa, y piezas como biombos o muebles que se han encontrado muy deteriorados y que se han tenido que restaurar para su exhibición.

El comisario ha recordado que en la Barcelona de finales del siglo XIX Japón estaba de moda, y que la ciudad llegó a tener varias colecciones privadas de arte japonés abiertas al público, una en el Paseo de Gracia con la Gran Vía de un coleccionista llamado Maristany y otra un poco más arriba de un de un diplomático alemán.

A principios del siglo XX se podía ver también la denominada colección Massana, que estaba compuesta por más de 3.000 piezas y que se deshizo tras la Guerra Civil.

Los primeros grandes almacenes como "El Siglo" tenían una sección dedicada a Japón, e incluso, a partir de 1895, Barcelona llegó a tener seis tiendas dedicadas a arte japonés vinculadas a la burguesía catalana que se interesaba por los cambios que producía la industrialización y por lo nuevo tras el agotamiento de las fuentes clásicas de inspiración.

Además de la exposición, que se podrá ver hasta el 15 de septiembre, en CaixaForum se han organizado ciclos familiares de cine japonés, una exposición de fotografías, y sesiones sobre costumbres japonesas.

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