Prisioneros cubanos llegados a España: "Allí el miedo es más grande que el dolor"

  • Agotados, pero con toda la fortaleza que les proporcionan sus ansias de justicia, los ex prisioneros cubanos llegados este martes a España apenas se conceden un momento de descanso. Atienden a los medios de comunicación sin una sola queja y acuden a actos para contar su experiencia y seguir luchando por la libertad de los demás presos políticos y de toda Cuba.

Los presos dicen a su llegada a España que el viaje es una nueva etapa en la lucha por Cuba
Los presos dicen a su llegada a España que el viaje es una nueva etapa en la lucha por Cuba

El descanso no parece formar parte del vocabulario -al menos no del habitual- de los ex presos políticos cubanos que llegaron este martes a Madrid.

Después de siete años en la cárcel sin apenas contacto con su familia, después de 72 horas desde que comenzó el proceso de excarcelación hasta que aterrizaron en el aeropuerto de Barajas, después de la emoción de reunirse con su familia y además estando enfermos, algunos de ellos -en representación de todos- aún encontraron fuerzas a última hora del día para acudir a un acto en el que se presentaba un libro de su "hermano y amigo"Guillermo Fariñas ("Radiografía de los miedos en Cuba", Ed. Hispano Cubana).

Sobre los miedos en Cuba hablaron. El ex preso Pablo Pacheco, uno de los más jóvenes del primer grupo de disidentes llegados a España, asegura que"en Cuba el miedo es más grande que el dolor". Pacheco estaba acompañado en todo momento de su hijo de once años,"mi vida", de quien la cárcel le separó cuando aún no había cumplido los cinco, y que ahora no se despega de su padre.

Otro excarcelado que ya está en Madrid, el médico José Luis García Paneque, que cuenta que al ingresar en prisión pesaba 86 kilos y ahora solo pesa 48, subraya que "el miedo en Cuba no es algo eufemístico, es real" a la vez que admite que no es fácil desprenderse de él en la isla.

Entre emocionado y sorprendido por la expectación generada, Paneque recuerda a sus compañeros aún en la isla y afirma que "no tenemos (casi) nada que celebrar, porque solo somos la primera avanzada de opositores" y aún quedan muchos por venir. Pero sí se muestra convencido de que "los cambios ya comenzaron".

Paneque, quien a pesar de su aspecto enfermo muestra una gran fuerza, opina que la liberación iniciada de los 52 presos que quedan en las cárceles cubanas del Grupo de los 75 de la primavera de 2003 crea "precedente para los cambios en Cuba, que se van a suceder como una cascada".

Léster González, también abrumado y visiblemente emocionado (el cansancio seguro que también contribuye), dice que "esto [la liberación] ha sido milagroso". Además, comentó durante la presentación del libro de Fariñas -que ha quedó relegado a un segundo plano, aunque sus compañeros elogiaron y agradecieron la labor del psicólogo y periodista que ha puesto en peligro su vida por una huelga de hambre reclamando su excarcelación- que "hacía siete años [desde su encarcelación] que no estaba rodeado de tanta gente".

También agradecen una y otra vez la ayuda y acogida en España, pero además Paneque quiere dejar clara una cosa: "Queremos contribuir. No venimos a atacar ni a generar odio. Venimos a ser constructivos".

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