François Fillon se fija como objetivo las presidenciales francesas

París, 26 feb.- El ex primer ministro conservador francés François Fillon, derrotado en las primarias de su partido el pasado noviembre, ha vuelto a saltar a la arena política con la vista puesta, sin confirmarlo de manera oficial, en las elecciones presidenciales de 2017.

La presentación oficial de sus intenciones tiene lugar hoy en un mitin, pero este domingo el ex jefe del Gobierno galo ya avanzó, en una entrevista en la cadena "TF1", que planea ir al encuentro de los franceses para contarles su "versión de la verdad" y preparar su proyecto de futuro.

"Todo está por reconstruir", añade en una entrevista concedida al vespertino "Le Monde" y difundida hoy, en la que anuncia que "va a hacer todo" para presentarse de nuevo a las primarias en 2016 y demostrar "que se puede hacer política de otra manera".

Fillon, que fue primer ministro en el Gobierno de Nicolas Sarkozy, se niega a confirmar con tanta antelación que su siguiente paso serán las presidenciales porque le parece "incongruente" hablar de unos comicios que tendrán lugar en cuatro años y porque lo que debe hacer ahora, según él, es preparar ese proyecto con el que convencer a la población de la necesidad de "cambios profundos".

"El debate que debe abrirse hoy (...) es el de una relación de confianza con los franceses", señala en "Le Monde", donde asegura que si Sarkozy también sigue ese camino y gana le apoyará, pero que espera ese mismo apoyo si él acaba mejor situado.

"Yo voy a hacer balance de mi propia acción. Sarkozy lo hará de la suya. Estoy orgulloso de los cinco años pasados al frente del Gobierno, porque creo que hemos evitado una catástrofe a la española, a la portuguesa o a la griega", sostiene.

El ex primer ministro reconoce como fallo que el Ejecutivo no tomara antes "medidas radicales" en materia de competitividad, y considera que el enfoque más adecuado e importante es el de decirle la verdad a los ciudadanos sobre la situación económica del país.

Y en esa línea, concluye con críticas al nuevo jefe del Estado, François Hollande, al que acusa de cinismo, de haber aislado a Francia y de haber lanzado promesas "absurdas", como la de intentar revertir la curva del paro en 2013 y al mismo tiempo tomar decisiones que a su juicio han frenado el crecimiento económico.