Fuel Fandango supera el temor a "la fina línea entre horterada y buen gusto"

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 23 abr.- Fuel Fandango inventó con su debut una mezcla inflamable de rock, electrónica y flamenco que resultó en una paulatina explosión de público; en su segundo disco, más seguros de la fórmula y superado el temor a "la fina línea entre lo hortera y el buen gusto", se atreven a verter en el cóctel más combustible.

"Es el disco que queríamos hacer cuando empezamos con el proyecto", han dicho Ale y Nita, sus integrantes, en una entrevista con Efe ante la publicación hoy de "Trece lunas" (Warner Music), en el que mantienen estables las cantidades de música de baile y quiebro andaluz, pero que suena "más roquero y enérgico".

Y es que la nueva mezcla comenzó a hacerse a fuego vivo, en los recesos de los más de 120 conciertos de su última gira por 14 países. El trasiego acabó un sábado de octubre y el lunes ya estaban grabando las maquetas.

Su colaboración en un reciente anuncio de cerveza con Jamie Cullum les puso en contacto con el productor Duncan Mills, que también había trabajado con Florence & The Machine, en busca de "la esencia del directo y ese punto sucio garajero".

Para grabar se lo llevaron a Tarifa -"el edén comparado con Londres", dicen- y así salieron temas como el single "New life", título que alude al "capítulo dos" del dúo.

Hacen falta por lo menos cinco palabras para definir su estilo, que les diferencia de otras bandas de fusión flamenca por su fuerte componente electrónico. Además, declaran su amor por el blues de los 60 y artistas como Jack White. "Es un dios", declara Ale.

"Toda la música de raíz, haya nacido en Andalucía o en Texas, tiene la misma esencia, son músicas que han nacido del dolor, son muy puras y tienen muchos años detrás", añade Nita para explicar por qué les ha salido tan bien el maridaje.

Primero llegó el fuel, la parte más anglosajona. Se plantearon hacer música de baile y negra y luego se les ocurrió meter la parte más racial dados los antecedentes de Nita, que cantaba "flamenco puro, no flamenquito", precisa.

"Ahora sale más fácil, pero al principio fue complicado porque hay una fina línea entre lo hortera y lo que tiene gusto y nos daba un poco de miedo traspasarla", reconoce ella, conocida por sus icónicos tocados de flores, que parecen haber impregnado incluso a Lana del Rey.

"Yo soy andaluza y tengo más derecho que nadie a ponerme una flor en la cabeza, porque nacemos y nos la ponen ya para ir a la feria. Empecé poniéndome una y acabé con todo el jarrón", bromea con su acento cordobés.

Están cansados pero "contentos" de la respuesta obtenida y de los frutos de tantos kilómetros recorridos para dar a conocer un proyecto que ellos mismos veían como algo "underground", pero que ha terminado concitando entre el público "incluso a señores mayores".

Han llegado en el momento oportuno, reconocen, ahora que "los hábitos del público español están cambiando gracias a Internet y el abanico de los gustos está más abierto".

"Los españoles suelen hacer música para los españoles, pero el mundo es más grande. ¿Por qué no vas a poder hacer las cosas a lo grande y ser menos que un americano?", se preguntan ellos, que han concebido un proyecto perfectamente exportable y han reclutado para su portada a Neil Krug, diseñador de la última cubierta de Scissor Sisters.

El título, "Trece lunas", alude al año de su publicación y a la anómala decimotercera luna de 2012, que les sorprendió en plena composición. Nita, más mística que su compañero, pensó que podría ser una señal y una forma de burlar la mala suerte, aunque de momento la jugada nos les ha salido como pensaban.

Ale sufrió un accidente doméstico en una mano y dejará la guitarra en manos de otro músico en el arranque de la nueva gira, que comienza mañana en Barcelona y que el jueves llega a Madrid.

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