Lejos de cicatrizar, la herida interna en IU hace tiempo que se ha hecho crónica, y sin vistas de sutura. La federación se desangra en varios frentes, esencialmente tras la debacle electoral de los pasados comicios, donde anotó los peores resultados históricos, pero sobre todo, con el epicentro en Madrid.
La crisis entre la dirección federal y la federación madrileña, lejos de quedar resuelta tras la "desmembración" del pasado fin de semana, cuando el Consejo Federal oficializó la expulsión de IUCM, sigue agravándose. La última muestra de descontento interno ha sido la decisión del excandidado de Izquierda Unida Comunidad de Madrid a la Presidencia regional, Luis García Montero, de darse de baja como afiliado de IU en Andalucía para hacerlo en IUCM en señal de protesta por la decisión de la federal.
"Nunca me gustaron los tribunales de la Inquisición", ha alegado hoy García Montero. Según fuentes del partido, el candidato ha decidido así sumarse a la organización de Madrid en "solidaridad" y para que "su suerte sea la misma que la de la militancia de IUCM".
El Consejo Político Federal de Izquierda Unida votó el pasado domingo a favor de desvincularse "a todos los efectos legales, jurídicos y políticos" de la federación de Madrid y crear en su lugar una nueva estructura sin personalidad jurídica propia.
Además, se decidió que "ni un solo militante de IUCM" sería dado de baja e informarían a cada militante para que se afiliasen a la nueva estructura dirigida por IU Federal. Esta misma semana la Federal remitió un burofax a IUCM, para exigirle que no utilice la denominación de Izquierda Unida en "cualquier actividad de índole privada, pública, interna o externa", al ser "propiedad exclusiva" de la organización federal, como consta en sus estatutos y en los registros públicos.
En el documento se reclamaba el cese de la utilización de las denominaciones 'Izquierda Unida' e 'Izquierda Unida Comunidad de Madrid' en "cualquier actividad de índole privada, pública, interna o externa", al considerar que la marca 'Izquierda Unida' es "propiedad exclusiva" de la organización federal.
IUCM alegó entonces que Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid es "un partido registrado legalmente en el Registro de Partidos del Ministerio del Interior por lo que el uso de la denominación se ajusta a la legalidad".
El Consejo Político Federal de IU consumó el divorcio de la federación madrileña justificando la necesidad de crear un espacio "más cómodo y más amable" hasta las elecciones generales que se celebrarán en el último trimestre del año. La decisión fue avalada por el 70 por ciento de sus miembros.
De inmediato, el portavoz de IU de la Comunidad de Madrid, Julián Sánchez, cargó contra la dirección federal, calificando su decisión de "atropello" y "despropósito". Sánchez advirtió de que la desfederalización de la sección madrileña podría suponer "el principio del fin" del proyecto de IU en el resto del Estado.
Los dirigentes madrileños han anunciado que recurrirán a todas las vías a su alcance-tanto a la comisión de arbitraje y garantías democráticas federales, como a la vía legal-para revertir la situación.
Desde la federación se insiste en que se trata de una decisión promovida por la posición política de IUCM en defensa de un proyecto político "incómodo" para algunos dirigentes, en clara referencia al proceso de convergencia con otras fuerzas de izquierdas, especialmente Podemos, defendido en su momento por los candidatos elegidos en primarias para la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital, Tania Sánchez y Mauricio Valiente, respectivamente. Ambos acabaron por abandonar la federación tras ver negada su aspiración de concurrir en unión con otras formaciones.
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