"Estamos constreñidos por la legislación (internacional) sobre conflictos armados. No se trata solo de vencer, se trata de cómo vencer", dijo en una videoconferencia desde Bagdad el teniente general Sean MacFarland.
"Los bombardeos indiscriminados en los que no nos preocupamos si matamos a inocentes o a combatientes están simplemente en contradicción con nuestros valores".
Los más duros opositores a la estrategia del presidente Barack Obama para derrotar al EI vienen pidiendo en las últimas semanas acciones más intensas contra los extremistas, aunque ello implique un aumento de las muertes de civiles.
El caso más notable es el del senador por Texas Ted Cruz, aspirante a convertirse en el candidato presidencial del Partido Republicano en las elecciones de diciembre, quien dijo que Estados Unidos debía tapizar de bombas zonas enteras de Siria e Irak.
MacFarland dijo que esa era exactamente la táctica a la que estaba recurriendo Rusia en su campaña aérea en Siria para sostener al régimen del presidente Bashar al Asad.
"Ahora mismo tenemos una ventaja moral y creo que así es como debemos seguir", dijo el general de tres estrellas.
El comandante estadounidense reconoció oficialmente la muerte de solo 21 civiles en los 18 meses de campaña aérea, durante la que se lanzaron unas 10.000 bombas sobre Irak y Siria.
Funcionarios señalan a menudo que esas bombas son muy sofisticadas y pueden golpear un objetivo con gran precisión. Los críticos, sin embargo, alegan que el número de muertos civiles ha sido probablemente muy superior.
MacFarland sostuvo que la lucha contra el EI ha hecho grandes avances, tanto en Irak como en Siria, y que los yihadistas habían perdido cerca del 40% del territorio que controlaban.
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