Georgia cierra la era Saakashvili con la investidura de un nuevo presidente

  • Georgia cerró hoy la era de Mijaíl Saakashvili, estrecho aliado de Estados Unidos y enemigo acérrimo del Kremlin, con la investidura del nuevo presidente, Gueorgui Margvelashvili, quien proclamó que el lugar de su país está con la Unión Europea (UE).

Misha Vignanski

Tiflis, 17 nov.- Georgia cerró hoy la era de Mijaíl Saakashvili, estrecho aliado de Estados Unidos y enemigo acérrimo del Kremlin, con la investidura del nuevo presidente, Gueorgui Margvelashvili, quien proclamó que el lugar de su país está con la Unión Europea (UE).

"Los georgianos somos originalmente europeos, somos parte de la cultura occidental. Intentaremos firmar lo antes posible un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea", proclamó Margvelashvili durante una ceremonia celebrada en el antiguo edificio del Parlamento en Tiflis.

Miembro de la coalición gobernante Sueño Georgiano, Margvelashvili, profesor universitario de 44 años, ganó las elecciones presidenciales de finales octubre con el 62,12 % de los votos.

Con la investidura del nuevo presidente entra en vigor la reciente reforma constitucional, según la cual el jefe del Estado se limitará a ejercer funciones representativas.

Ahora, es el primer ministro, cargo que en breve Bidzina Ivanishvili cederá a su delfín, Irakli Garibashvili, el que tiene casi todo el poder ejecutivo en Georgia, incluido la política exterior.

El estreno de Margvelashvili como presidente será en la cumbre entre la UE y los países de la Asociación Oriental que se celebrará a finales de noviembre en Vilna.

Según Margvelashvili, con la ceremonia de hoy, el primer traspaso de poder pacífico en la historia de Georgia desde 1991, "concluye el período postsoviético".

El nuevo presidente georgiano instó a las repúblicas separatistas de Abjasia y Osetia del Sur a sumarse a Tiflis en la construcción de un nuevo Estado y recordó que Occidente no secunda la decisión de Rusia de reconocer en 2008 la independencia de esas regiones.

Poco antes de asumir oficialmente el cargo, el nuevo mandatario georgiano recibió un mensaje de felicitación del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

"Esta investidura representa el traspaso del poder presidencial en Georgia por vez primera como resultado de unas elecciones pacíficas y democráticas", reza el mensaje.

Obama también elogió la contribución del presidente saliente, Saakashvili, principal aliado de EE. UU. en el Cáucaso y que ascendió al poder en la Revolución de las Rosas de 2003 tras derrocar a Eduard Shevardnadze.

Al respecto, Margvelashvili aseguró que entre las prioridades de su país figura las relaciones estratégicas con Washington y el futuro ingreso en la OTAN.

"Georgia tiene la misión histórica de servir de puente entre Europa y Asia. Pese a los problemas existentes, estamos dispuestos a profundizar el diálogo con Rusia paralelamente a la integración en las estructuras euroatlánticas", dijo.

Tras ganar las elecciones, Margvelashvili ya aseguró que Tiflis está dispuesto a normalizar las relaciones con Rusia, con la que Georgia rompió lazos diplomáticos tras la cruenta guerra por el control de Osetia del Sur (agosto de 2008).

Por su parte, Ivanishvili felicitó al pueblo georgiano por lo que calificó de "fin del régimen autoritario sustentado en la violencia y la mentira".

"En este mismo momento en Georgia se ha instaurado una auténtica democracia. Tenemos un presidente europeo y tendremos un Gobierno europeo. Ha comenzado una nueva era", señaló Ivanishvili, que prometió dejar el Gobierno una vez hubiera desbancado a Saakashvili.

Precisamente, el acto estuvo marcado por la ausencia de Saakashvili, que anunció el viernes que abandona provisionalmente la política, y de Shevardnadze por motivos de salud.

Saakashvili criticó a las autoridades por decisiones como el retorno del Parlamento de la ciudad de Kutaísi a Tiflis y el cese de la construcción de defensas militares en torno a la capital.

"Estos son pasos muy tristes que perjudicarán a Georgia, al igual que la negativa del nuevo presidente a utilizar el término ocupación (por el apoyo ruso a la independencia de Abjasia y Osetia del Sur) o a condenar la agresión rusa contra nuestro país", apuntó.

Recientemente, Saakashvili denunció en Bruselas la persecución política a la que el actual Gobierno ha sometido a los antiguos miembros de su Ejecutivo, varios de los cuales están detenidos en Georgia o son buscados por la Interpol, y no descartó ser procesado.

Según algunos analistas, Saakashvili podría ser procesado por obstruir la investigación de la muerte en 2005 del primer ministro, Zurab Zhvania; ordenar la invasión de Osetia del Sur y la disolución violenta de un mitin opositor en Tiflis en mayo de 2011, en la que murieron tres manifestantes y un policía.

"Nosotros vemos a nuestro país en Europa y Saakashvili quería convertirlo en un nuevo Singapur. Tras llegar al poder para él lo importante era retenerlo a toda costa, mientras que para nosotros lo importante es la persona", dijo a Efe Aleksi Petriashvili, ministro de Integración Europea y Euroatlántica.

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