Atenas, 10 jun.- El primer ministro de Grecia, el conservador Andonis Samarás, estrenó hoy su tercer Gobierno cuando aún no se han cumplido dos años de su legislatura, en un intento de recuperar la popularidad perdida en las elecciones europeas.
De la veintena de ministerios con que cuenta el Ejecutivo, diez han cambiado de titulares, que hoy juraron sus cargos ante la cúpula de la Iglesia Ortodoxa de Grecia y el presidente de la República, Károlos Papulias, para posteriormente celebrar su primer consejo de ministros.
La intención de Samarás es introducir algo de aire fresco en un Ejecutivo que apenas le ha durado un año, desde que la coalición tripartita que gobernaba (del partido conservador Nueva Democracia, ND, el socialdemócrata Pasok y el centroizquierdista Dimar) se rompiese por la decisión del primer ministro de cerrar abruptamente la radiotelevisión pública en junio del pasado año.
Menos de doce meses después, las elecciones europeas han dado un toque de atención a los partidos del Gobierno (ND y Pasok), que han perdido conjuntamente el 11 % de sus votos frente a la oposición izquierdista de Syriza, que se proclamó vencedora de los comicios del 25 de mayo.
La mayor parte de la prensa del país coincide en que, pese a la entrada de caras nuevas, hay pocos cambios de fondo en el nuevo gabinete.
El puesto más importante, el de Finanzas, ha recaído nuevamente en un tecnócrata, el economista jefe de Eurobank Gikas Jarduvelis, un nombramiento que cumple dos objetivos: satisfacer a la troika de acreedores -al mantener a un personaje de carácter no partidista pero favorable a las reformas neoliberales- y lanzar un mensaje de cambio a la población, para quien el ministro saliente, Yannis Sturnaras, tenía mala imagen por las políticas de austeridad.
"Grecia tiene que encontrar su camino, no sólo debe enfrentarse a la troika. Hay mucho que hacer", afirmó Jarduvelis en declaraciones al canal Antenna, citando el grave problema del paro y de los trabajadores no pagados.
Sin embargo, no parece probable que Jarduvelis tenga mucho margen de maniobra a la hora de modificar el rumbo de la política económica del Ejecutivo griego, dictada por Bruselas y Berlín, ya que Grecia sigue dentro del programa de ajuste que firmó a cambio del segundo rescate financiero.
"Nadie se acuerda de las remodelaciones de los gobiernos pues es muy raro que correspondan a verdaderos cambios de política", valoró el diario "Ta Nea", de centroizquierda aunque cercano al Ejecutivo de coalición.
"El Gobierno tuvo suerte, porque el nombramiento del nuevo ministro de Finanzas, que tranquilizó a los mercados, desvió la atención del nombramiento en muchos ministerios de representantes de la ala más derechista de Nueva Democracia", añadió.
Este es otro de los factores que señalan los medios como definitorios del nuevo Ejecutivo, en el que Samarás se ha rodeado del ala más dura del partido -la que él controla- en detrimento de los liberales, a los que representan otras familias políticas dentro de ND, como los Karamanlis o los Mitsotakis-Bakoyannis.
Por ejemplo, pese a las quejas de la comunidad judía de Grecia, Samarás ha nombrado nuevo ministro de Sanidad al ultraderechista Makis Voridis, quien hasta recalar en ND en 2012 militó en varios partidos de extrema derecha y fascistas, ha mantenido una larga relación política con el francés Jean-Marie Le Pen y ha hecho comentarios antisemitas.
La nueva portavoz del Gobierno, Sofía Vúltepsi, también es conocida por sus declaraciones fuera de tono, pues el año pasado acusó a la prensa internacional de estar "vendida a los Rothschild" (familia de banqueros de origen judío) y este enero dijo, tras el hundimiento de una patera en la que murieron 12 mujeres y niños, que los refugiados son "invasores" y "armas en manos de los turcos".
Igualmente, llama la atención el nombramiento como nuevo viceministro de Desarrollo del conservador Yerásimos Yakumatos, quien, en una entrevista el pasado año decía: "Estoy a favor del restablecimiento de la pena de muerte. Lo pedí también hace diez años, pero entonces todos se querían hacer pasar por modernos".
Otro nombramiento polémico es el del nuevo ministro de Educación, Andreas Loverdos, quien en 2012, cuando era titular de Sanidad, desató una caza de brujas contra presuntas prostitutas con SIDA, muy criticada por las organizaciones de derechos humanos.
El objetivo del fichaje de Loverdos, que abandonó el grupo parlamentario del Pasok en 2012, es su vuelta al redil socialdemócrata y atraerse así también a otros diputados rebeldes de manera que el Ejecutivo pueda ampliar su mayoría, que actualmente sólo se encuentra dos escaños por encima de la mitad del hemiciclo.
La oposición de Syriza ha rebajado el alcance de la remodelación del Ejecutivo y ha pedido elecciones anticipadas.
En declaraciones a Efe, el diputado de Syriza Manolis Glezos se mostró convencido de que "el Gobierno se verá obligado a convocar elecciones" ya que la actual representación parlamentaria de los partidos "no se corresponde" con la elección hecha por los votantes griegos en las europeas.
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