"He visto a gente en zapatillas de deporte". Los expertos advierten de los riesgos de la montaña.

    • "La montaña no es un parque de atracciones", dicen desde la Federación madrileña de Montañismo.
    • La escalada se ha masificado y muchos no cuentan con la debida preparación. "Es mejor una brújula que un GPS", afirma un experto.
Los efectivos de emergencia rescatan a dos montañeros
Los efectivos de emergencia rescatan a dos montañeros
L.S.

La montaña despierta un interés cada vez mayor y cada vez es más frecuentada. Y esa masificación conlleva también sus riesgos. Los expertos aseguran que, a pesar de que existe un perfil muy variado de montañeros, muchos no valoran el peligro y se lanzan a explorar zonas sólo aptas para los más experimentados. "Antes cuando te ibas metiendo en las zonas peligrosas era porque tenías un bagaje de montaña fuerte. Ahora, la gente se mete con rapidez, se va a sitios difíciles creyendo que tienen una experiencia que no tienen", afirma Sebastián Alegría, del Grupo Gredos de Montaña."Quieren alcanzar rápidamente sus logros deportivos. Estamos en una sociedad de consumo, de que todo lo queremos para ya", dice Alvaro Ramos, de la Federación de Montañismo de Castilla y León. "Aquí llegan muchos demandando cursos de escalada en hielo, que es una técnica muy compleja, y de repente te das cuenta de que no saben ni cómo preparar una mochila", advierte.Una fotografía que comparte Jorge Cruz, de la Federación Madrileña."He visto a gente que, en el Almanzor, que es el pico con más muertes, compartía crampones (dispositivos metálicos en las suelas para la sujección), gente en zapatillas de deporte..."A Cruz le gana la "deformación profesional" y no se resiste a dar consejo a todos los que se encuentra por el camino, cometiendo auténticas barbaridades. "Cuando los ves, les intentas decir con mucha prudencia que no lo están haciendo bien, pero a la gente eso le molesta mucho. La respuesta es generalmente negativa"Un recelo con el que coincide Ramos, que apunta que muchos de los que acuden a los cursos "odian la formación básica". Les gana el ansia de precipitarse cuanto antes a la montaña.Muchos otros optan por buscar información en Internet, en foros, blogs, "información que no está filtrada, que no es correcta", pero que proporciona una falsa sensación de controlar la montaña. "Todo el mundo sabe que si bebe tiene más posibilidades de sufrir un accidente, pero no sabe que si estás allí, y llega la nieve, puede morir de hipotermia"La masificación influye también en que percibamos que ocurren más accidentes. Pero afirman que los siniestros entran en la normalidad de la estadística, y que acostumbran a ser más elevados en inviernos como éste, con abundantes nevadas.
Lo que debemos hacer para enfrentarnos a la montaña

Formación: Las disciplinas de montaña están en auge y la formación también. Bien sea a través de las escuelas oficiales de las Federaciones o de escuelas privadas, los expertos no se cansan de repetir que es la única vía para acceder a la montaña con garantías. Aunque ojo con estas últimas. Aquí puede aparecer el fraude. "El tema de las empresas privadas de montañismo está muy mal regulado en este país y no siempre los profesionales son guías titulados", advierte Álvaro Ramos.Ramos defiende también la formación autodidacta "hay gente con la suficiente capacidad como para poder aprender, aunque lleva más tiempo porque nadie te dirige el aprendizaje". Otros, en cambio, no son tan partidarios. Al menos, en el caso de los que se inician en estas disciplinas.Jorge Cruz, de la Federación madrileña, recomienda además la tutela de guías en el recorrido: "Personas que conocen muy bien la zona, que son profesionales y pueden evitar muchos accidentes". Un apoyo al que no solemos recurrir en España, al contrario que ocurre en otros países con gran experiencia en montañismo, como Alemania o Suiza, "aquí siempre preferimos ir por nuestra cuenta", lamenta, "y ello conlleva sus riesgos".La formación debe incluir conocimientos en primeros auxilios y situaciones de emergencia. Nociones para, por ejemplo, saber cómo resguardarse en una roca para aliviar un descenso de temperatura.

Planificación Es básico tener claro el itinerario y la cantidad de horas que será necesario invertir en el trayecto. Además, se deben planificar alternativas por si se produce algún incidente, emergencia o si cambian las condiciones meterológicas.Deben también calcularse los víveres necesarios, alimentos y agua. Y elegir el material apropiado: ropa adecuada, buenas botas de montaña, gafas de sol. "Hemos visto a gente que llevaba caminando seis horas sin gafas de sol, medio ciegos", afirma Ramos.En cuanto a la ropa, ésta tiene que ser segura y cómoda, "con las tres capas recomendadas", dice Cruz "capa de aislamiento, capa térmica y membrana impermeable". Además, hay que decidir qué material de escalada necesitamos: casco, crampones, palas, sondas, etc, según las condiciones del terreno y las advertencias meterológicas.Y, sobre todo, no olvidar nunca el mapa y la brújula. "Lo del GPS es accesorio. Puede fallar, se le puede acabar la batería", dice Cruz. Lo fundamental es también lo más básico, luego vendrán las nuevas tecnologías, dicen los expertos.

InformaciónRecabar todos los datos posibles antes de nuestra salida y mantener la información actualizada es básico, según los expertos. Recomiendan llamar a la Guardia Civil de Montaña para informarse de condiciones de la nieve, del tiempo, y preguntar por sus recomendaciones.También es fundamental consultar la página de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET): "la gente mira de todo, menos la página de la Agencia", advierten desde la Federación de Castilla y León, "¿Cómo te planteas subir al Almanzor si están advirtiendo de unos vientos de 90 km/h?",

Ser humilde"La montaña siempre te pone en tu sitio", concluye Álvaro Ramos. Al enfrentarse a ella, tiene todas las de ganar si no tomamos las precauciones, pero también, si no somos coherentes en nuestras expectativas. "La gente trabaja toda la semana, se obceca porque para muchos la montaña es una terapia". Y esta precipitación lleva, también, a asumir riesgos innnecesarios que, en el peor de los casos, tengan un fatal desenlace.

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