Herzog gana las primarias del Partido Laborista israelí

Jerusalén, 14 ene.- Itzjak Herzog revalidó hoy su puesto como presidente del Partido Laborista israelí en las elecciones primarias celebradas ayer, informó hoy a Efe el portavoz laborista Daniel Arush.

Shelly Yajimovich se hizo con el segundo puesto en la lista laborista, que será el tercero en la lista conjunta que presentará este partido con la formación Hatnuá, encabezada por la ex ministra de Justicia Tzipi Livni, en las elecciones generales anticipadas del próximo 17 de marzo.

Otros nombres que encabezarán la candidatura laborista son los de Stav Shaffir, Itzik Shmuly y Omer Bar-Lev, confirmó el portavoz.

"Estamos muy satisfechos porque todo transcurrió como estaba planeado y no se registró ningún problema, no como en el (partido) Likud, que todavía tienen problemas con el recuento de los votos", dijo Arush.

Las urnas se cerraron anoche con una participación del 59 por ciento de los 48.900 militantes convocados a votar, un punto por encima de la registrada en las primarias que se celebraron hace dos años.

Treinta y seis candidatos se disputaban los primeros 25 puestos de la lista, pocos más que el máximo de escaños que las encuestas han llegado a darle al Partido Laborista, pero de los que seis están reservados para candidatos del partido Hatnuá, con el que el Laborismo ha formado una coalición para tratar de desbancar a la derecha nacionalista del primer ministro Benjamín Netanyahu.

"Esta es una mañana de esperanza. Ayer elegimos una buena lista: honesta, valiente y combativa, con mucho sionismo y que combina la experiencia con el pensamiento crítico, la ideología profunda y una gran habilidad de ejecución", escribió esta mañana Herzog en su página de la red social Facebook.

Por primera vez en años las encuestas indican que el Partido Laborista, que en las dos últimas décadas pasó de formación gobernante a casi moribunda, podría tener la posibilidad de encabezar un gobierno, aunque todo dependerá de los escaños que obtengan las formaciones del centro, con las que tendría que aliarse.

La ley electoral israelí establece que el candidato con mejores posibilidades de formar gobierno, y no el más votado, es el que recibe el encargo para hacerlo del jefe del Estado.