Huelga de chóferes bolivianos genera violencia en víspera de paro nacional

  • Vecinos de La Paz y El Alto cruzaron hoy golpes y pedradas con chóferes que paralizaron estas dos ciudades andinas desde el lunes contra una nueva ley de tráfico urbano, en la víspera de una huelga de 72 horas de la Central Obrera Boliviana (COB) contra el presidente Evo Morales.

La Paz, 8 may.- Vecinos de La Paz y El Alto cruzaron hoy golpes y pedradas con chóferes que paralizaron estas dos ciudades andinas desde el lunes contra una nueva ley de tráfico urbano, en la víspera de una huelga de 72 horas de la Central Obrera Boliviana (COB) contra el presidente Evo Morales.

Medios locales indican que hubo al menos siete lesionados solo en una batalla campal con piedras y palos en un barrio del límite de La Paz y El Alto, a 4.000 metros de altitud, y no hay datos oficiales de los heridos en los incidentes.

En la séptima semana de conflictos que el Gobierno parece incapaz de detener, los vecinos reaccionaron con furia porque los chóferes pasaron la noche en los puntos de bloqueo, algunos ebrios, y no dejaban pasar ni siquiera ambulancias, según constataron corresponsales de Efe.

En otros lugares, como la carretera que lleva de La Paz a El Alto (casi un millón de habitantes cada una), hubo incidentes causados por vecinos e incluso por algunos conductores que querían trabajar y fueron agredidos por colegas armados de palos y cinturones.

Miles de personas caminaron por las empinadas calles de La Paz para llegar a sus trabajos, mientras otras bajaron desde El Alto por laderas, barrancos y barrios marginales, al igual que el lunes.

Los conductores bloquearon las principales vías con vehículos, grandes piedras, fogatas, árboles derribados y otros objetos.

La Policía despejó hoy algunas vías troncales y el Gobierno ofreció transporte gratuito a la gente, a diferencia del lunes, cuando se limitó a llamar al diálogo entre los chóferes y la Alcaldía de La Paz, en manos de la oposición.

Los chóferes rechazan la ley de La Paz que busca mejorar el transporte público, porque creen que pone en riesgo sus trabajos con un sistema de transporte masivo con autobuses.

El alcalde de La Paz, Luis Revilla, dijo que no negociará "bajo presión" y ratificó sus críticas a la Policía Nacional por no actuar el lunes contra los bloqueos, como si hizo en semanas anteriores contra marchas de médicos, universitarios y maestros, entre otros.

El ministro boliviano de Gobierno, Carlos Romero, negó en rueda de prensa que la Policía haya estado inactiva el lunes y aseguró que "no son movilizaciones similares".

Los líderes de la COB, la mayor organización sindical de Bolivia, hasta hace poco aliada de Morales, confirmaron hoy su convocatoria para iniciar mañana un paro de 72 horas por demandas salariales.

El máximo dirigente de la COB, el minero Juan Carlos Trujillo, dijo a periodistas que la huelga será apoyada mañana con una movilización desde El Alto a La Paz.

Los sindicatos exigen a Morales un aumento salarial superior al 8 % que decretó para 2012 y medidas para reactivar varios sectores productivos.

La COB ha encabezado huelgas previas de 24 y 48 horas, que han tenido un seguimiento limitado y no paralizaron Bolivia, aunque fueron acatadas por maestros, universitarios y trabajadores de la salud pública.

La ciudad central de Cochabamba también estuvo bloqueada hoy en varios puntos por estudiantes de la universidad San Simón, cuyo rector, Lucio González, dijo que las universidades estatales están en paro para exigir a Morales un mejor presupuesto.

En la sureña Tarija, centenares de médicos y trabajadores de los hospitales públicos reiteraron que el mandatario debe anular el decreto que aumenta de 6 a 8 horas su jornada laboral.

El sector sanitario está en paro desde el 28 de marzo, con piquetes de huelga de hambre, crucifixiones y manifestaciones casi cotidianas, y lo mantiene a pesar de que la semana pasada Morales anunció la "suspensión" de la medida.

A los médicos y sanitarios no les convence el anuncio del mandatario, porque desconfían de su palabra, y quieren la derogación definitiva del decreto.

Recuerdan que Morales, en horas bajas de popularidad, firmó en 2011 una ley que prohíbe cualquier carretera en la reserva natural Tipnis, pero luego se arrepintió e insiste en continuar las obras, y dicen que ese y otros casos similares no permiten confiar en su buena fe.

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