Intermoney apunta a productividad y exportaciones para el resurgir de España

  • El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, sostiene que no se debe comparar a España con Grecia, Portugal o Italia, ya que somos un país con buen nivel de productividad y con una exportaciones que suben cada año a pesar de la crisis, y estos puntos serán "clave para el resurgir".

Almería, 27 ago.- El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, sostiene que no se debe comparar a España con Grecia, Portugal o Italia, ya que somos un país con buen nivel de productividad y con una exportaciones que suben cada año a pesar de la crisis, y estos puntos serán "clave para el resurgir".

En un análisis del sistema bancario español tras la gran recesión publicado en la colección estudios mediterráneo económico, editado por la Fundación Cajamar, este experto concluye que la evolución de España le permitirá pagar su deuda y "volver al buen camino".

Asimismo, recuerda que el cuarenta por ciento de la deuda bancaria española es de las dos mayores entidades que han obtenido "excelentes beneficios" en sus operaciones internacionales, lo que garantiza su solvencia para hacer frente a sus compromisos a medio y largo plazo.

Además, la deuda pública española es "muy inferior" a la media de la eurozona, por lo que "es absurdo que afecte a nuestra prima de riesgo" y defiende que "la burbuja inmobiliaria no debe poner en cuestión la solvencia ni sostenibilidad a largo plazo, aunque hubiese que socializar deuda".

En su opinión, existen dos requisitos para poder pagar la deuda: la defensa del euro y el mantenimiento de Grecia en la eurozona para evitar el temor de los inversores al fracaso europeo.

"Hasta que Europa no resuelva la crisis griega no será posible acabar con la crisis financiera y la economía española seguirá sometida a restricción de crédito, su principal limitación para crecer, crear empleo y reducir la tasa de paro", apunta.

Añade que para el sistema bancario "la clave en estos momentos es gestionar la cartera inmobiliaria de las entidades para hacerla líquida y minimizar la pérdida, y sobre todo buscar nuevas fuentes de negocio que sustituyan las hipotecas y los préstamos a promotores y constructores".

Pese a esto, mantiene que hay que seguir corrigiendo desequilibrios y que es necesario evitar la recesión para que los inversores no duden de la capacidad de pago y de los procesos de consolidación fiscal, aunque España tendrá que destinar parte de su PIB anual para amortizar deudas futuras, lo que "limitará su potencial crecimiento durante unos años".

Sobre el desempleo asegura que "alguien que haya estudiado en profundidad la historia de España de las últimas décadas no debería tener ninguna duda de que la sociedad española volverá a resolver la actual encrucijada con éxito".

El problema -ha insistido- es que los inversores internacionales desconocen nuestra historia y es clave que los españoles confiemos en nuestras posibilidades para poder convencerles.

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