Irán y su 'affaire' latinoamericano

  • Un Ahmadineyad ahogado por las sanciones acude a sus viejos y potenciales amigos en Latinoamérica. Pero, ¿qué lazos unen a unos países tan aparentemente dispares?
Ahmadineyad y Chávez en Caracas
Ahmadineyad y Chávez en Caracas
Efe
María Sorribes Catret
María Sorribes Catret

El deseo de Irán de evitar el aislamiento internacional  tras las sanciones, la fuerte presión de los EEUU y la necesidad de legitimar sus aspiraciones nucleares lo han llevado directamente a intentar consolidar sus romances en Latinoamérica. Entre ambos países hay muchos lazos para entenderse:

Retórica "antiimperialista"

"Hermano Ahmadineyad, gladiador de las luchas 'antiimperialistas', ejemplo de firmeza, de constancia y de batalla por la libertad de su pueblo", así es como describía un enamorado político Chávez a su homólogo iraní durante su visita a Caracas en 2009.

En Irán el ascenso a la política del presidente Mahmud Ahmadineyad coincide con la progresiva inquietud de EEUU en el Medio Oriente y con el giro de Latinoamérica hacia el socialismo de izquierdas y su retórica "antiimperialista". La agenda estratégica antiestadounidense iraní supone un fuerte vínculo común con Cuba, Venezuela y sus redes de influencia en la región. 

En Cuba, mientras Irán brindaba su apoyo contra el embargo estadounidense, el régimen de Castro le devolvía el favor con un ferviente discurso en defensa de su programa nuclear.

El presidente de Nicaragua Daniel Ortega ha señalado en numerosas ocasiones la sintonía entre los procesos revolucionarios sandinista e islamista como base para "establecer un nuevo orden mundial que reemplace el capitalismo y el imperialismo". Y en su idílico romance, Chávez y Ahmadineyad comparten entre otras sus fuertes y constantes  críticas hacia las instituciones financieras mundiales como el FMI y el Banco Mundial .

Energía Nuclear

El Gobierno de Chávez representa un constante balón de oxígeno para Ahmadineyad en la búsqueda de legitimidad para su política nuclear "pacifista". Una postura que contrasta con la confirmación por la OIEA del enriquecimiento del uranio iraní al 20%.

En 2007 el nicaragúense Ortega también defendió el programa de enriquecimiento de uranio iraní y en Ecuador, aunque su posición siempre ha sido menos fehaciente que la de sus homólogos en la región, el ecuatoriano Rafael Correa ha defendido varias veces el "carácter pacifista de la política nuclear iraní"y ha dicho "no estar de acuerdo en que sólo unos pocos países puedan tener energía atómica para razones específicas, incluso para la guerra".


Cruzada antiisraelí

Venezuela representa un claro aliado de Irán en su oposición a la política exterior israelí. Chávez llegó a calificar a Israel como "Estado genocida", a poner en duda el Holocausto y fue uno de los pocos países en alinearse a favor de Irán en contra de Tel Aviv ante la Corte Penal Internacional tras los ataques sobre la Franja de Gaza en 2009.

El deseado oro negro

Uno de los principales vínculos de Ahmadineyad en la región es el holding petrolífero venezolano iraní PDVSA-Petropars. La ambición por el oro negro ha marcado desde el principio las relaciones históricas entre Irán y Latinoamérica, que nacen principalmente en el contexto de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo). 

Ya en el año 2005 el venezolano Chávez acordó con el expresidente iraní Mohamed Jatamí el mantenimiento de una política común en el marco de la OPEP dirigida a dominar los precios sosteniéndolos cerca de los US$50 por barril de crudo.

Con el actual presidente iraní, Chávez ha firmado varios acuerdos de explotación, entre otros la inversión de 760 millones de dólares de la petrolera estatal iraní Petropars para dominar el 20% de los yacimientos venezolanos de Dokobuki y Ayacucho. La fuerte presencia de Petropars también se materializa en las labores de certificación de crudo en la Franja del Orinoco.

Desde el cemento a las medicinas

Irán ha firmado con Venezuela más de 270 acuerdos de cooperación en inversiones de infraestructuras sanitarias, fábricas de cemento y transportes, desarrollo  farmacéutico etc, que suponen unos 7.000 millones de dólares, según el Consejo Nacional de Promoción de Inversiones. Uno de los más importantes es la creación de un banco binacional de capital mixto llamado Banco Internacional de Desarrollo.

Irán también comenzó en 2005 un programa dirigido a ayudar al  sector del transporte cubano. Con un préstamo de 295 millones de dólares financió varias importaciones entre las que se incluía la compra por Cuba de 750 vagones de ferrocarril. En 2010 se anunció la apertura de su primera oficina comercial en Cuba, para la gestión estatal agrícola, según confirmó el propio embajador de Irán.

En 2007 Emilio Rappaccioli, ministro de Energía y Minas de Nicaragua, anunció la creación de una comisión mixta para firmar con Irán un acuerdo de obtención de hidrocarburos en condición preferente además de una gran inversión que incluía el sector energético, la construcción de viviendas sociales, la creación de fábricas de vehículos pesados etc. Pero por ahora la cooperación se ha limitado a la construcción de una clínica de asistencia en un barrio de Managua, según el Banco Central de Nicaragua.

En una gira express que terminará mañana, el presidente iraní completará su visita a Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador. En cuanto al resto de países latinoamericanos, la vista internacional estaba puesta en Brasil y una Dilma Rousseff que no ha querido continuar la sintonía con Irán iniciada por su antecesor Lula da Silva.

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