Jiménez Lozano cree que la libertad real del periodista ahora es menor

Valladolid, 2 may.- La "libertad real" del periodista es actualmente "bastante más pequeña" porque "tiene miedo", ha sostenido hoy el escritor y periodista José Jiménez Lozano, quien ha animado a la profesión a "hacer la torta bien para que se venda; a echarle azúcar".

El que fuera director del diario "El Norte de Castilla" y Premio Cervantes 2002 ha participado hoy en Valladolid en un desayuno de la Agencia EFE, que ha tenido como escenario el Museo de Arte Contemporáneo Español Patio Herreriano y en el que ha hablado sobre sus proyectos y el panorama periodístico y literario.

Jiménez Lozano se ha referido a la transformación que ha sufrido la empresa periodística, que en su época -comenzó como redactor de "El Norte de Castilla" en 1962- tenía la forma de sociedad anónima, con un máximo de acciones en una familia que permitía recoger todo tipo de críticas, ya que las que no gustaban a uno de los dueños agradaban a otro.

Ahora "no sabes quién es el propietario" del medio, "cuál es su poder, a quién se puede criticar", por lo que aún partiendo de que "la censura es cosa mala, si está tipificada es preferible", para saber a "qué atenerte", en lugar de que digan que "no hay censura y luego saquen el mazo".

Para el autor de "El grano de maíz rojo", "El mudejarillo" o "Un hombre en la raya", los periódicos forman parte de grandes gigantes empresariales, que tienen a los medios "como un instrumento", un "brazo para ponerse a bien o enfrentarse al poder", más que como un negocio.

Se ha referido a las experiencias del modelo de periodista libre que están surgiendo en Estados Unidos, y que consisten en que el profesional lleva un artículo o una noticia a un medio u otro para que se la compren, un modelo que a su juicio en España "puede ser un desastre".

Como mañana jueves se celebra, con concentraciones de periodistas en distintas provincias, el "Día de la Libertad de prensa", Jiménez Lozano se ha referido además a la presión política, que los "colegas" de otros países "no padecen", quizá "los italianos sí", y que llevan a que sea impensable hacer algo con "ironía".

En su época había "una censura más maleable, que si se conocía al censor no pasaba gran cosa", y ha recordado el caso de una errata en una letra que tornó la expresión "pura casualidad" en otra que les "podía haber costado un gran disgusto", y que sortearon pidiendo al propio censor que secuestrara el periódico sin más consecuencias.

"La historia de la censura está por escribir", ha planteado Jiménez Lozano, para quien "como siempre la libertad de la empresa ha sido geográfica", en función de donde opere el medio, lo que ha calificado "de humano y sin solución".

A su juicio, el periodista "tiene miedo no de sus señoritos sino de que el lector se sienta ofendido", y a la vez hay "un problema laboral", con despidos y una situación que hace que este tipo de profesional ejerza a "disgusto" y también "con miedo".