Justicia marroquí absuelve a joven cristiano tras presión de sociedad civil

  • La Justicia marroquí absolvió hoy a un hombre condenado por convertirse al cristianismo, gracias a la presión ejercida por las organizaciones locales de defensa de derechos humanos, que consiguieron revertir en Apelación una primera condena de dos años y medio de cárcel.

Javier Otazu

Fez (Marruecos), 13 feb.- La Justicia marroquí absolvió hoy a un hombre condenado por convertirse al cristianismo, gracias a la presión ejercida por las organizaciones locales de defensa de derechos humanos, que consiguieron revertir en Apelación una primera condena de dos años y medio de cárcel.

Mohamed al Biladi, que no se ha cambiado de nombre pese a declararse cristiano, fue condenado el pasado agosto en Taunat (centro del país) por "tratar de quebrantar la fe de un musulmán", aunque él siempre negó que hubiera intentado convencer a nadie de su nueva fe, que abrazó hace ahora seis años.

El Código Penal marroquí condena en su artículo 220 a penas de seis meses a tres años a quien "emplee cualquier medio de seducción para quebrantar la fe de un musulmán o tratar de convertirlo a otra religión", pero se aplica con frecuencia sencillamente a los musulmanes que se convierten.

Sin embargo, el juez Tayeb al Jiyari, del Tribunal de Apelación de Fez, interpretó hoy en su literalidad el artículo y "sin duda fue sensible" a los argumentos empleados por los abogados, una decena de letrados enviados de forma desinteresada por organizaciones pro derechos humanos, según dijo a Efe uno de ellos, Mohamed Uazani.

Los abogados insistieron en las audiencias en que cambiar de religión no está prohibido por la ley, aunque lo esté por la tradición musulmana y también subrayaron la pésima imagen que Marruecos proyectaba al exterior al cargar de este modo contra las libertades individuales.

Uazani interpretó la primera condena de Al Biladi como pronunciada por un juez de una población rural (Taunate) "más sensible a la emotividad de una sociedad muy conservadora que a la misma ley", lo que explica además el modo expeditivo en que el joven fue detenido, interrogado por la policía, juzgado y condenado en solo cinco días.

Al Biladi sólo pasó un mes en la cárcel, pues la difusión de la noticia fuera de Marruecos más la presión de las organizaciones pro derechos humanos propició la aparición de artículos críticos con el estado de las libertades en Marruecos; fuera por esta razón o no, un juez decretó su liberación mientras reabría el caso.

Al Biladi reconoció que su conversión, que describe como un proceso íntimo que partió de la escucha de unos programas de radio en su aldea cercana a Taunat donde ni siquiera llega internet, provocó reacciones sobre todo de estupor y extrañeza, más que de hostilidad, y desmintió haber sido golpeado cuando estaba en prisión, como publicaron algunos medios.

Aunque ha estado en libertad condicional desde septiembre, Al Biladi se ha visto obligado a presentarse semanalmente a la comisaría de policía más cercana, lo que le ha impedido incluso buscar un trabajo.

"Hoy me siento completamente libre, por fin -dijo Al Biladi a Efe-. Doy gracias a Dios y a todos los militantes que me han ayudado, también a aquellos que me defendieron pese a no compartir mis convicciones", precisó.

Al Biladi se muestra muy discreto a la hora de describir el modo en que practica el cristianismo: reconoce que de vez en cuando ha acudido a Fez a reunirse con otros correligionarios y celebrar reuniones clandestinas en pisos anónimos donde leen juntos la Biblia.

Nadie sabe cuántos cristianos conversos hay en Marruecos. Un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre las libertades religiosas los cifra entre 4.000 y 8.000, pero es más fácil que se dirijan a un diplomático que a un periodista, por miedo a represalias.

Como recuerda ese informe, la sociedad marroquí es monolíticamente musulmana y suní: las conversiones al cristianismo, o incluso al credo musulmán chií, están muy mal vistas socialmente y perseguidas por el Estado.

¿Empezarán a cambiar las cosas con la sentencia pronunciada hoy en Fez?. Habrá que esperar a otras similares para apreciar una nueva tendencia.

"La sentencia de hoy ha sido una buena señal -dijo a Efe el presiente de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, Ahmed al Haich-. Nos parece benéfica, porque va en el sentido de favorecer los derechos de los individuos de practicar sus libertades", se congratuló.

"Es imposible saber hasta qué punto ha habido instrucciones de otras instancias para revertir el juicio, pues estamos todavía lejos de una justicia independiente del Poder, pero hemos de saludar lo que han logrados las ONGs nacionales e internacionales, así como los medios de comunicación", concluyó.

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