Kenia vota en paz y masivamente 5 años después de la violencia postelectoral

  • Con mucha paciencia tras esperar en largas colas, millones de kenianos votaron hoy de forma masiva y pacífica en las elecciones generales, cinco años después de la violencia postelectoral que sacudió al país y causó unos 1.300 muertos.

Pedro Alonso

Nairobi, 4 mar.- Con mucha paciencia tras esperar en largas colas, millones de kenianos votaron hoy de forma masiva y pacífica en las elecciones generales, cinco años después de la violencia postelectoral que sacudió al país y causó unos 1.300 muertos.

Los comicios son los primeros que se celebran desde que Kenia -como publicó hoy el diario local "Daily Nation"- "casi se desintegró tras las disputadas elecciones de (diciembre de) 2007".

Aquella cita electoral se vio eclipsada por graves disturbios que demolieron la reputación del país como modelo de democracia estable en África Oriental.

Tras ese episodio trágico de la reciente historia de Kenia, más de 14 millones de votantes registrados estaban hoy llamados a las urnas con el fin elegir a su presidente para los próximos cinco años, así como a diputados, senadores, gobernadores y representantes locales.

Pese a los fallos técnicos que demoraron la apertura de varios colegios electorales y algún incidente menor, la jornada transcurrió en paz, bajo la atenta vigilancia de unos 99.000 policías.

Horas antes del inicio del proceso electoral, sin embargo, al menos 14 personas, incluidos seis policías, murieron en varios ataques supuestamente perpetrados por el radical Consejo Republicano de Mombasa (MRC) en esa ciudad costera del sur de Kenia.

No obstante, el jefe de la misión de observación electoral de la Unión Europea, el exprimer ministro esloveno Alojz Peterle, calificó el suceso de "aislado", y subrayó que el día fue "mayormente tranquilo" y la gente votó "de forma paciente y pacífica".

El ataque de Mombasa no hizo mella en el electorado, pues numerosos ciudadanos guardaron pacientemente largas colas para ejercer su derecho el voto, incluso horas antes de que abrieran a las 06:00 horas (03:00 hora GMT) los colegios electorales.

Las largas filas continuaron durante el día bajo un sol de justicia que obligó a los electores a pertrecharse de agua y refrescos para soportar la calurosa espera, especialmente en Nairobi, donde sus calles estaba prácticamente desiertas.

"Ha sido agotador. Llevamos casi siete horas en la fila, pero al final conseguiremos votar", comentó a Efe la comerciante Joan Momanyi, visiblemente cansada pero muy ilusionada, en el Colegio de Educación Primaria Moi, en pleno centro de la capital keniana.

Hasta ahí se trasladó el embajador de EEUU en Kenia, Robert Godec, para ver con sus propios ojos la interminable cola que se formó alrededor de recinto.

"Hoy es un día gran día para Kenia. Por lo que vemos, la participación de los ciudadanos es muy alta, señal clara de que los kenianos saben lo importante que es este día", dijo Godec a Efe.

La mayoría de los 30.000 centros electorales cerraron, como estaba estipulado, a las 17:00 hora local (14:00 hora GMT), pero algunos siguieron abiertos para atender a votantes rezagados.

Tras el cierre oficial, el presidente de la Comisión Electoral Independiente de Kenia (IEBC), Isaack Hassanm confirmó que la participación "ha sido abrumadora, con más del 70 por ciento", y dio las gracias a los kenianos por "mantener la paz".

Uno de los centros que acaparó mayor atención fue la escuela del barrio de Kibera (suroeste de Nairobi) donde ejerció su derecho al sufragio el primer ministro, Raila Odinga, candidato favorito a la Presidencia.

"Tengo mucha confianza en que vamos a ganar. Los kenianos quieren el cambio, y la emoción con la que han acudido a votar es una clara señal", subrayó Odinga, al considerar los comicios "históricos".

Más tarde, el otro aspirante presidencial con serias posibilidades de triunfo, el viceprimer ministro, Uhuru Kenyatta, depositó su voto en la localidad de Gatundu, al norte de Nairobi.

"La paz y la unidad del país es lo más importante. Animo a los kenianos a que sean pacíficos y esperen y acepten los resultados", afirmó Kenyatta.

La candidatura del viceprimer ministro ha suscitado polémica porque está imputado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes contra la humanidad supuestamente cometidos durante la violencia postelectoral de hace un lustro.

Las encuestas, que encabeza ligeramente el primer ministro, no dejan claro si el poder quedará en manos de Odinga o Kenyatta, y vaticinan que ninguno obtendrá mayoría absoluta, por lo que hay prevista una segunda ronda electoral para el 11 de abril.

Otros seis candidatos, entre los que sólo figura una mujer, optan también a la Presidencia, pero con opciones de vitoria casi nulas.

El actual presidente, Mwai Kibaki, que pidió a sus compatriotas votar en paz para evitar disturbios, no concurre a los comicios al haber agotado el máximo de dos mandatos que marca la Constitución.

Kibaki ganó por poco los comicios de 2007, aunque Odinga -candidato también entonces- le acusó de fraude y sus seguidores -la mayoría de la tribu lúo, como él- provocaron una ola de violencia replicada por partidarios de Kibaki, de la tribu kikuyu.

La crisis cesó con la firma de un acuerdo en febrero de 2008, que posibilitó un Gobierno de coalición con Odinga como primer ministro (cargo creado "ad hoc") y Kibaki de presidente.

Cinco años después, la calma de hoy fue un alivio para muchos kenianos que quieren ver desterrado para siempre el fantasma de la violencia, aunque queda por comprobar si los perdedores aceptarán esta vez con deportividad el veredicto de las urnas. EFE

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