La amenaza talibán no frena el viaje a Pakistán de miles de sijs indios

  • Más de 3.000 sijs indios han llegado a Pakistán para celebrar esta semana el mayor festejo religioso de su comunidad a pesar de las amenazas de los talibanes locales de vengar la reciente ejecución de un terrorista paquistaní en la India.

Pau Miranda

Islamabad, 27 nov.- Más de 3.000 sijs indios han llegado a Pakistán para celebrar esta semana el mayor festejo religioso de su comunidad a pesar de las amenazas de los talibanes locales de vengar la reciente ejecución de un terrorista paquistaní en la India.

Pakistán alberga cerca de la ciudad oriental de Lahore el templo -o 'gurudwara'- de Nankana Sahib, erigido en el lugar en el que hace 542 años nació el gurú Nanak, fundador de una religión sincrética monoteísta que aúna elementos del hinduismo y el islam.

Desde la medianoche del lunes al martes, miles de sijs de todo el mundo (25.000 según los organizadores, menos de la mitad según medios locales) se están congregando en este punto para homenajear durante tres días al fundador de su credo.

"El número de fieles ha ido bajando en los últimos tres o cuatro años por la propaganda que afirma que este es un país inseguro", dice a Efe por teléfono desde Nankana Sahib uno de los portavoces de la comunidad sij paquistaní, Suran Singh.

"Este año han venido unos mil fieles menos desde la India", admite Singh, quien sin embargo califica de "perfecta" la seguridad provista por las autoridades locales y añade que "no hay ninguna tensión" con los musulmanes de la zona.

Las minorías religiosas sufren a menudo los embates de los radicales musulmanes de la corriente suní y sus portavoces suelen ser cautos a la hora de denunciar cualquier abuso por miedo a represalias, ya sea de las autoridades o de los integristas.

Sin decirlo claramente, Singh admite que una de las principales causas de la menor afluencia de visitantes desde la vecina india son las amenazas de los talibanes (agrupados en Pakistán bajo las siglas TTP) en venganza por la ejecución de un paquistaní en la India.

Con más contundencia manifestaron su temor a un ataque de los radicales algunos peregrinos indios citados ayer por el diario Times of India, quienes no obstante también depositaron confianza en las fuerzas de seguridad.

Mohamed Ajmal Amir, alias "Kasab", fue ahorcado la semana pasada en una cárcel india por su participación en la matanza que hace cuatro años perpetró un comando de terroristas paquistaníes en la ciudad de Bombay, en el suroeste de la India, donde murieron 166 personas y unas 300 resultaron heridas.

A pesar de que no tenía lazos con los talibanes (sí los tenía, según las autoridades indias, con el grupo separatista cachemir Lashkar-e-Toiba), el TTP amenazó con atacar objetivos indios en venganza por "el martirio" del terrorista paquistaní.

Más allá de las preocupaciones por la seguridad, la comunidad sij expresa también sus quejas por las dificultades burocráticas que afrontan los fieles que intentan venir desde la India a visitar los 'gurudwaras' que aún quedan en suelo paquistaní.

"Todavía está en vigor un acuerdo casi de la época de la partición (entre Pakistán y la India) que establece una cuota máxima de 5.000 peregrinos por año, también para los musulmanes que quieren ir a la India. Hoy en día es una cantidad irrisoria", lamenta Singh.

Unos 150.000 sijs viven aún en Pakistán, un país que apenas conserva trazas de la hasta hace unas décadas amplia presencia de seguidores de la religión del gurú Nanak, quienes fueron masacrados durante la violenta separación de la India y Pakistán, en 1947.

Significativamente, el actual presidente indio, Manmohan Singh, es un sij nacido en lo que hoy es la provincia paquistaní del Punyab -con capital en Lahore- cuya familia tuvo que huir a la provincia homónima de la India tras la división política del subcontinente.

Pese a las dificultades, los fieles reunidos estos días en Nankana Sahib se muestran exultantes por poder celebrar su mayor festejo en un país del cual fueron expulsados casi en su totalidad hace poco más de medio siglo.

"Me siento muy feliz de poder celebrar el aniversario del gurú Nanak con mis hermanos sijs de todo el mundo, que aquí son ahora recibidos con los brazos abiertos por la gente", afirma Singh.

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