Barcelona (España), 5 may.- Los ocho integrantes de la llamada "banda de los peruanos" llegó hoy a un acuerdo con la Fiscalía de Barcelona (noroeste) por el que aceptan una reducción de penas que van de un año y medio a seis años de cárcel por 90 robos a vehículos en autopistas entre 2011 y 2012.
El juicio contra los ocho acusados, en su mayor parte peruanos, estaba previsto que comenzara hoy en un tribunal de Barcelona y la Fiscalía había pedido hasta 141 años y medio de cárcel por los delitos de pertenencia a organización criminal, falsedad, robo con violencia, hurto, lesiones, daños y resistencia.
Sin embargo, los acusados alcanzaron el acuerdo con la Fiscalía para la reducción de las penas por delitos de organización criminal, falsificación, hurto, desobediencia y receptación y falta de lesiones, informaron fuentes judiciales.
El líder del grupo, el peruano Luis Alberto Reyes Román, alias Lucho, fue condenado a la pena máxima de seis años de cárcel, según las fuentes.
Lucho dirigía una estructura delictiva de carácter casi familiar y muy especializada que entre 2011 y 2012 cometió 90 robos a vehículos, especialmente en la autopista AP-7, que se extiende de norte a sur por la costa mediterránea de España.
La banda obligaba a los conductores, especialmente turistas, a parar sus vehículos en la autopista arrojándoles piedras o cerrándoles el paso.
Entre los acusados figuran los también peruanos Yimy Cautivo Burga, alias el Loco, y Robert Luis Juárez Roman, el Príncipe, quienes aceptaron cada uno una condena de cinco años de cárcel, además de Johanna Dennise Atoche Cansino, Hugo Aderly Guevara y Marco Antonio Manosalva, señalaron las fuentes.
La cubana Ruth Yarcure Palomino, alias María la Negra, y el salvadoreño Nilson Odir Lopez también formaban parte de la "banda de los peruanos", según las fuentes judiciales.
Según la Fiscalía, los acusados circulaban con vehículos de gama alta por la AP-7, en zonas que conocían a la perfección y que consideraban su territorio, donde asaltaban especialmente a turistas porque así se garantizaban un botín de dinero en efectivo y artículos que llevaban en sus maletas.
Los turistas extranjeros eran en general las víctimas ideales para la banda debido a que rara vez presentaban denuncias o podrían acudir a un juicio.
Según sostiene la Fiscalía, el grupo se fue especializando hasta lograr que estos asaltos fueran su única fuente de ingresos, por lo que adoptaron medidas de contravigilancia, controlaban el tráfico en la zona, usaban guantes para no dejar huellas y se repartían el botín entre todos, aunque no hubieran participado directamente en el golpe.
Para evitar la comprensión de sus conversaciones en el caso de que les escuchara la Policía, los miembros de la banda también crearon una jerga propia, alterando el orden de las sílabas de algunas palabras clave o inventando nuevos términos.
"Chambear" (salir a robar), "checo" (coche), "kimana" (vehículos sustraídos), "tombos" o "ratis" (policías), "tubo" (teléfono móvil), "ferro" (100 euros), "gamba" (50 euros), "triqui" (número 3) y "samba" (número 6), son algunas de las palabras utilizadas por el grupo de delincuentes.
La banda fue desarticulada en 2012 en el aparcamiento de un hospital a las afueras de Barcelona, donde la Policía dio con el automóvil que conducía el líder del grupo, quien en el intento de huir embistió a un vehículo policial.
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