Los 'egos presidencialistas' de Oltra y Puig enquistan la gobernabilidad valenciana

    • Los desencuentros se agudizan en los días clave para decidir quién presidirá la Generalitat.
    • Un pacto entre socialistas y Ciudadanos no contaría con la 'complicidad' del PP. El PSPV, obligado a restablecer el diálogo con Compromís.

Los candidatos a la Presidencia de la Generalitat del PSPV, Ximo Puig, Compromís, Mònica Oltra, y Podemos, Antonio Montiel.
Los candidatos a la Presidencia de la Generalitat del PSPV, Ximo Puig, Compromís, Mònica Oltra, y Podemos, Antonio Montiel.

Los pactos postelectorales que se cocinan en todo el país bullen en especial en la Comunidad valenciana.La región, que vio tras el 24-M la posibilidad abierta de desalojar a un PP que gobernaba desde los últimos 20 años, los últimos 16 con mayoría más que absoluta, ha visto también enrocada en los últimos días la alternancia de un bloque de izquierdas.

Con la mayoría en los 50 escaños, un tripartito entre PSPV (23), Compromís (19) y Podemos (13) parecía la opción 'natural' a suceder a Alberto Fabra en la presidencia valenciana. Esa era la aritmética que, conocidos los resultados del 24-M tenía más posibilidades. Aunque también, en paralelo, más dificultades de verse ofuscada en los desencuentros: el escollo, casi veinte días después de los comicios, sigue siendo la presidencia: Ximo Puig (PSOE) la quiere. Mónica Oltra (Compromís) también.

Ayer, las negociaciones entre este tripartito sufría un bache abrupto, una vez que los socialistas daban por suspendidas las conversaciones después de que la coalición mantuviese la exigencia de que su candidata Mónica Oltra sea la futura presidenta de la Generalitat.

Hace días que los socialistas valencianos tantean no obstante un posible acuerdo con Ciudadanos. Con 13 escaños, la formación que en la comunidad encabeza Carolina Punset le permitiría una mayoría, si no absoluta, sí suficiente, en caso de que el PP le permitiese la investidura con su abstención. Desde fuentes próximas a Ciudadanos se asegura que la opción lleva tiempo valorándose, sobre todo debido a que una de las prioridades del partido de Rivera es precisamente evitar 'dar alas' al nacionalismo.

Contar con la complicidad de los 'populares' daría a Puig la presidencia al sumar, con sus 31 abstenciones, más votos a favor (36) que en contra (32). A cambio, valoraban fuentes del entorno de ambos partidos, ese apoyo se podría trasladar a varios municipios en los que, sin mayoría absoluta, el PP precisase del 'silencio' de otras formaciones.

Sin embargo, en las últimas horas ha quedado negro sobre blanco que el PP no tiene intención de facilitarle las cosas a Puig. Así se lo trasladó en la noche de ayer el propio presidente de la Generalitat en funciones al candidato socialista, en una cena privada en la que no participaron más personas. En la reunión, primer encuentro que mantienen ambos dirigentes desde las elecciones del pasado 24 de mayo, Fabra fue claro al comunicarle que su partido votaría en contra de la investidura. Una postura distinta a la hasta ahora mantenida. Esa misma mañana, los populares de la Comunidad valenciana se habían ofrecido a Ciudadanos y PSPV para "como fuerza más votada" liderar gobiernos estables en las instituciones de la Comunidad.

"Durante cuatro años Ximo ha alimentado la idea del tripartito como única posibilidad de gobierno, y ahora hemos visto que realmente lo único que hay detrás de eso es un reparto de sillas para tirar al PP y no un proyecto de crecimiento económico y social para la Comunitat Valenciana", afeó la coordinadora general Isabel Bonig.

Los populares han hecho valer en estas últimas horas su papel de fuerza más votada para afear que los socialistas les utilicen como bisagra. Desde el PP se considera que la actitud de Puig supone una "falta de respeto" hacia su partido, que en las elecciones resultó, pese a todo, el más votado.

La negativa se la trasladó también Fabra a la candidata valenciana de Ciudadanos. El partido invitó la pasada semana a populares y socialistas a tener "altura de miras" y "responsabilidad de estado" para evitar dar "espacio a los nacionalismos", una vez que las tres fuerzas de izquierda con representación en el Ayuntamiento, Compromís (9 concejales), PSPV (cinco) y Valencia en Comú (tres) hubiesen acordado el sí para la investidura de Joan Ribó (Compromís). El apoyo de los de Rivera en la Comunidad tiene una "línea roja" marcada, la marcha de la actual alcaldesa en funciones, Rita Barberá, del Consistorio valenciano.

"El PP debe decidir si hace limpieza interna y apuesta por el cambio real y el PSPV, si prefiere de compañero de viaje a Ciudadanos o a los nacionalistas", firmó ayer el secretario de organización del partido, Fran Hervías, en un comunicado.Desde el partido 'naranja' consideran aún que los votantes del PP presionarán para que la formación finalmente se abstenga y permita un gobierno socialista con el apoyo de Ciudadanos. La otra opción sería un tripartito difícil de entender para el electorado conservador.

En una jornada de intensos intercambios para despejar el futuro gobierno valenciano, Compromís ha dejado hoy entreabierta la puerta a un posible acuerdo al no dar por rotas las negociones.

La comisión negociadora de la plataforma convocó este mediodía una rueda de prensa en la que han subrayado que están "abiertos a hablar de todo" para continuar la negociación que permita un gobierno de cambio en la Comunitat, si bien, han insistido, "sin imposiciones", como que Puig sea presidente de la Generalitat.

La comisión considera que en la práctica el PSPV no estaría actuando como si las negociaciones estuviesen suspendidas ya que, a lo largo de ayer, se cerró el documento de cinco ejes de acción en el que han estado trabajandoPSPV, Compromís y Podemos y que está pendiente de publicación. Pese a los llamamientos de diálogo, la plataforma nacionalista no parece dispuesta no obstante a superar tan fácilmente el escollo que hoy supone quién ocupará finalmente la presidencia valenciana. Consideran que Oltra tiene más legitimidad que Puig para hacerlo, una vez que la formación tiene "más cara de cambio". "Todo pasa por la palabra y el diálogo y por ceder todos", ha advertido Águeda Micó, partiendo de la base de que "nadie tiene la mayoría absoluta".

Pero el socialista se mantiene enrocado en su idea de no ceder la presidencia. Ayer mismo, afeaba directamente al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, advirtiéndole que "bajo ningún concepto" condicionaría ese cargo. Iglesias no ha ocultado su preferencia por que Oltra-con la que la pasada semana se reunió de forma privada- sea la futura presidenta valenciana. En cualquier caso, Podemos no entrará en un gobierno presidido por Puig, manteniendo así su compromiso de no formar parte de Ejecutivos encabezados por socialistas.

El candidato de este partido a la Presidencia, Antonio Montiel, ha trasladado su disposición para tratar de recuperar el bloque tripartito."No quiero pensar que haya habido algún interés de la vieja política, de la fontanería de algún partido interesado en crear una sensación de caos, de psicosis, que obligue a pactos malos que puedan llevar a que Ciudadanos o el mismo PP decidan quién gobierna la Generalitat", lamentó ayer.

"Esto no es ni un cambio de cromos ni un juego de tronos" afirmó Puig con sorna este pasado sábado, antes de participar en el Comité Nacional de su partido que se celebraba en Valencia.

La tensión en las negociaciones se plasmará mañana en la constitución de la Mesa de Les Corts, el órgano que dirige la actividad diaria de la Cámara valenciana y que tiene aún pendiente su composición. La idea inicial era que los cinco grupos parlamentarios estuviesen representados. La intención de los socialistas era presentar como candidato a la presidencia al exportavoz Antonio Torres, una idea que no parecía disgustar hasta ahora a Compromís.

El presidente de las Cortes necesita una mayoría absoluta para ser designado. De no conseguirlo nadie, la votación se repetiría entre los dos candidatos más votados.

En el PP, por su parte, se valora proponer a la aún alcaldesa en funciones de Valencia, Rita Barberá, para el puesto simbólico de presidenta del grupo parlamentario popular. Una decisión pendiente del Comité Ejecutivo que se celebra esta tarde.El bloqueo afecta al acuerdo municipal

Las negociaciones que se celebran en la Comunidad valenciana discurren de forma transversal, de Comunidad a ayuntamiento y a la inversa. En el Consistorio, el acuerdo tripartito Compromís-PSPV-Valencia en Comú, la candidatura respaldada por Podemos en la ciudad, se daba prácticamente por cerrado, con el candidato nacionalista, Joan Ribó, como futuro alcalde.

Sin embargo, la abrupta ruptura de conversaciones entre esta plataforma y los socialistas han tenido un eco inmediato en la alianza. El PSPV ha endurecido hoy las condiciones supeditando el respaldo a que haya un acuerdo global en otros municipios de la Comunidad Valenciana. Entre ellos, Torrent o Gandía, localidades en las que los socialistas son la fuerza más votada aunque sin mayoría. El partido había apoyado hasta ahora el nombramiento de Ribó como alcalde, el próximo sábado, al tratarse de la fuerza más votada, aunque asegurando también que no entraría a formar parte de su equipo de gobierno.

Ribó ha recordado hoy que la participación en el futuro Gobierno de la ciudad resulta "imprescindible". El 'alcaldable' ha mantenido hoy un encuentro con el candidato de Valencia en Comú, Jordi Peris, quien por su parte ha pedido a los socialistas que aclaren sus apoyos.

Ambos acordaron ya un programa de mínimos que han trasladado al PSPV y que incluye treinta medidas, entre ellas, un "nuevo plan del Cabanyal basado en la rehabilitación o la exigencia de inversiones a la Generalitat y al Estado.

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