La chica que denunció los 'test de virginidad' en Egipto espera la respuesta de la justicia mañana

  • Samira Ibrahim, que ha denunciado a los militares egipcios por obligarla supuestamente a someterse a una "prueba de virginidad" y otras vegaciones sexuales tras su detención en Tahrir, espera con ansiedad el veredicto del Consejo de Estado mañana.
La Junta Militar reconoce "muchas violaciones" de derechos humanos en Egipto
La Junta Militar reconoce "muchas violaciones" de derechos humanos en Egipto
Deena Adel , El Cairo (Egipto) | GlobalPost

Cinco organizaciones de derechos humanos están apoyando a Samira en su causa contra los militares y el caso ha despertado el interés de los medios de comunicación internacionales.

Su caso podría abrir nuevos caminos para los derechos de las mujeres, pero los propios abogados de Ibrahim le han advertido que se trata de una batalla cuesta arriba y que es poco lo que se puede hacer en el terreno de las evidencias físicas.

Sin embargo, Ibrahim persiste en su lucha para asegurarse de que ninguna mujer egipcia vuelva a ser forzada por el ejército a someterse a "pruebas de virginidad", que sus abogados sostienen que constituye un asalto sexual ilegal tanto para las leyes egipcias como para las internacionales.

"Sé que las probabilidades están en mi contra", confiesa Ibrahim.

Ibrahim fue una de las 17 chicas que fueron detenidas el 9 de marzo durante las protestas en la plaza Tahrir. "Me golpearon, electrocutaron, y me obligaron a desnudarme delante de agentes de sexo masculino". Ibrahim lucha por contener las lágrimas al recordar los cuatro días que pasó en la prisión militar.

Utilizando las dos opciones legales de que dispone, Ibrahim presentó una denuncia formal ante la fiscalía militar para perseguir la acción penal en contra de sus supuestos abusadores, y registró su caso ante el Tribunal Administrativo del Consejo de Estado para recurrir judicialmente el uso de las "pruebas de virginidad" en todas las instalaciones militares.

La queja oficial ante el Tribunal de Justicia Administrativo estipula que Ibrahim "fue expuesta a la más fea forma de humillación, la tortura y violación de la santidad de su cuerpo".

En una audiencia judicial el 25 de octubre, el abogado del Consejo de Estado negó esta acusación y pidió el sobreseimiento de la causa sobre la base de la falta de pruebas.

A pesar de que un general egipcio admitió a la CNN que los "controles de virginidad" se llevaron efectivamente a cabo, en el caso de las mujeres manifestantes detenidas, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (SCAF) sostiene que el ejército no hizo tal cosa, a la vez que informan a Human Rights Watch de que "ordenaron poner fin a estas pruebas de virginidad ".

Violaciones de derechos humanos por los militares de Egipto

El caso de Ibrahim pone de manifiesto más dudas sobre la actuación de los militares aún gobernantes, mientras que el aumento de las acusaciones de violaciones de derechos humanos han puesto a la SCAF en el centro de atención nacional. Las fuerzas armadas egipcias han sido acusadas de poner coto a los activistas, así como de la detención, tortura y asesinato de manifestantes.

"Nunca nos imaginamos que íbamos a pasar gran parte de nuestro tiempo documentando tantos abusos de los militares", admite Heba Morayef, un investigador de Human Rights Watch (HRW).

Morayef, dice que HRW ha documentado casos de manifestantes detenidos y torturados a manos de los militares durante meses, por lo que no se sorprendió cuando un total de 173 manifestantes, entre ellos 17 mujeres, fueron detenidos el 9 de marzo.

"Pero la prueba de la virginidad fue una sorpresa", dice. "Fue algo sin precedentes".

Ibrahim también ha interpuesto un recurso ante su tribunal militar. Ella recibió una suspensión de un año de condena antes de ser liberada en marzo. "Fue la primera mujer civil en ser juzgada en un tribunal militar", añade su abogado Ahmed Hossam.

Según HRW, el Éjército de Egipto ha llevado a casi 12.000 civiles ante tribunales militares desde enero. Esto es más que el número total de civiles que se enfrentaron a juicios militares durante el plazo de 30 años de Hosni Mubarak, y socava el movimiento que está haciendo Egipto desde la dictadura a la democracia, dice HRW.

"Tengo que defenderme y luchar por la justicia", dice Ibrahim, cuyo bolso bandolera está cubierto con una pegatina que dice "no a los juicios militares para civiles".

Los cinco grupos diferentes de derechos humanos que representan a Ibrahim oficialmente son: Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales, el Centro Nadim para la Rehabilitación de las Víctimas de la Violencia y la Tortura, el Centro de Derecho Hisham Mubarak, la Fundación Nueva Mujer, el Instituto de Estudios Feministas Nazra, y el Grupo No a los juicios militares.

Ibtissam Hassan, un abogado del Centro Nadim, señala que Ibrahim tiene un concepto claro de lo que significa una violación de sus derechos. "Algunas chicas no entienden el concepto de" violación "y tuvimos que explicárselo, dice a nuestra publicación. Ibrahim tenía un buen conocimiento de los derechos humanos.

Una declaración conjunta de 17 organizaciones de derechos egipcios condenó el maltrato físico y psicológico de los detenidos el 9 de marzo.

"La tortura es en sí misma una de las peores violaciones de los derechos humanos y de la santidad del cuerpo humano, pero los incidentes también son una clara violación de las convenciones nacionales e internacionales que regulan la profesión médica, así como el incumplimiento de los deberes de los médicos y de la ética médica", dice el comunicado.

El abuso sexual y la sociedad egipcia

Mientras que la batalla de Ibrahim ha recibido la atención adecuada en la prensa internacional, los medios de comunicación locales egipcios no le han dado cobertura a esta joven de 25 años "Me rompe el corazón que la indignación internacional por mi caso sea más fuerte que la de mis compañeros egipcios", dice Ibrahim.

En la sociedad egipcia moderada y conservadora, el honor de una mujer está directamente relacionado con su virginidad. Cualquier cosa que interfiera con eso – incluso aunque la propia mujer no tenga la culpa - puede convertirse en una responsabilidad para ella y para su familia. Por lo tanto, la sociedad sigue siendo demasiado susceptible para discutir pública y abiertamente temas como los controles de virginidad, abuso sexual y violación

 

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