La CUP no cierra la puerta a Mas, pese al 'no' de su militancia

    • La cúpula anticapitalista propone cinco alternativas para que Artur Mas no tenga un rango preeminente en el gobierno catalán.
    • La militancia no ve riesgos en ir a unas elecciones, una opción que la dirección prefiere evitar.
Mas, con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.
Mas, con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.

El 'no' de la militancia de la CUP sobre la investidura de Mas, expresado en la asamblea celebrada este domingo-votaron 1.254 militantes, y 823 fueron partidarios de mantener el rechazo al 'president' en funciones- no implica una decisión final sobre la postura de la formación anticapitalista.

La CUP ha trasladado este lunes a Junts pel Sí (JxS)cinco alternativas para evitar que Artur Mas tenga un rango preeminente en el futuro gobierno de la Generalitat.El primero de los escenarios que plantea la CUP en el documento es buscar un "presidente de consenso".La segunda propuesta que la CUP ha puesto sobre la mesa pasa por establecer un "liderazgo político coral", con "tres personas que visualicen la dirección del nuevo Govern de forma colegiada y mancomunada", con responsabilidades en tres áreas clave del "gobierno provisional": "emergencia social, proceso constituyente e internacionalización del proyecto republicano".

En tercer lugar, la CUP sugiere una "presidencia rotatoria", en la que durante los 18 meses de legislatura que prevé la hoja de ruta independentista el cargo de presidente vaya cambiando de manos, para "consolidar simbólicamente la transversalidad de la apuesta independentista". La cuarta fórmula consiste en una "copresidencia", que obligaría a reformar la ley para instaurar un "sistema menos presidencialista". Por último, la CUP propone que Mas sea nombrado "comisionado para la internacionalización del proceso", para visualizarlo como un "expresidente autonómico que trabaja por la construcción de una república independiente".

Así las cosas, no todo está perdido para el líder convergente, al menos, de momento y en tanto la organización cupera no celebre una asamblea definitiva. Será "pronto", según ha informado este mismo lunes el presidente del grupo, Antonio Baños, en declaraciones a Rac1, y más organizada que la celebrada este domingo, con una mayor votación y un censo establecido. Así, la formación entiende lo acontecido este fin de semana como una suerte de "sondeo" para testar el clima de sus bases y valorar la dirección que habrían de tomar las negociaciones.

Esas conversaciones se mantienen prácticamente enquistadas desde la segunda sesión de investidura en el Parlament, cuando Mas recibió el ya famoso 'no' "tranquilo" de Baños. "Prefiero un sí intranquilo", ironizó el 'president', ansioso por el hecho de que la CUP no dé su brazo a torcer. Los convergentes entienden que, pese a los caprichos de la aritmética, su mandato está legitimado por los 62 diputados que les otorgaron las urnas del 27-S, y se resisten a que sea una formación con diez escaños la que les marque la agenda.

Desde entonces, los intentos de lograr la investidura han pasado para Junts pel Sí por un minucioso trabajo de 'arquitectura' presidencialista, que, en cualquier caso, blinde el poder de Mas. La última oferta, conocida el pasado jueves, concreta lo ya ofrecido por el president en la última sesión fallida en el Parlament: una presidencia de poder repartido, en la que Mas estaría acompañado de varios consellers 'estrella' en el ámbito económico, social y de relaciones externas. Esa presidencia prácticamente inédita-hubo una experiencia similar en el tripartito- mantendrá sus atribuciones clásicas, indican desde Junts. Precisamente, el gran escollo para los anticapitalistas.

Mas trata de apurar el único resquicio que le da cierto aire para mantener sus ambiciones. Que la opción de investirlo tiene también partidarios entre los propios anticapitalistas. Esa es la opción por la que se inclina una de sus dos corrientes mayoritarias, Poble Lliure, y condiciona fuertemente el rumbo de la organización. Los de Baños ven ahora con temor que la decisión final abra una fractura irreconciliable en una formación que, pese a sus sensibilidades, ha demostrado funcionar como un bloque.La dirección trata de evitar unas nuevas elecciones

En cualquier caso, sigue existiendo un horizonte bien marcado. Unos nuevos comicios. Si el próximo 9 de enero no hay acuerdo, ése será el desenlace. Las elecciones, previsiblemente en marzo, no interesan ni a Junts ni a la CUP, ni tampoco al mismo procès. Todos coinciden en que la fractura del bloque independentista podría suponer una puntilla letal para la construcción del anhelado Estado independiente. "Marzo está muy lejos y no es un escenario óptimo", reconoce Baños. A las bases, en cambio, la opción de unos nuevos comicios no parece preocuparles. Al menos, a tenor de lo expresado este domingo.

Fue la segunda opción más votada, muy por encima de la de acabar apoyando a Mas, en última posición. La cúpula, en cambio, prefiere mantenerse prudente y espera que las próximas semanas permitan arrancar algún avance, con nuevos compromisos también en lo social: un mayor compromiso de choque para resolver la situación de emergencia ciudadana. Su prioridad, junto a la hoja de ruta secesionista aprobada en el Parlament.

La CUP celebró este pasado domingo su Debat Nacional, en el pabellón Congos de Manresa, donde los dirigentes reunieron a los miembros de la CUP para explicarles la marcha de las negociaciones. En la votación participaron 1.254 personas, en representación de 130 asambleas locales, las 13 territoriales y 9 organizaciones de la Crida Constituent.

Los posibles escenarios eran cuatro y se podía votar más de uno: un acuerdo con Junts pel Sí con un president que no sea Mas y con la firme promesa de poner en marcha un plan de choque social (832 votos), un acuerdo que acepte a Mas como president pero en el que la negociación siga más allá de las generales para propiciar un acercamiento a Catalunya sí que es Pot (434 votos), que esa formación dé sus votos a Mas y por tanto permita la abstención de la CUP (139 votos), rechazar a Mas y nuevas elecciones (574 votos)



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