Nueva York, 20 nov.- La exsecretaria de la primera dama filipina Imelda Marcos, Vilma Bautista, fue acusada hoy de apropiación indebida y tráfico de varios valiosos cuadros propiedad del estado filipino, entre ellos algunas obras maestras del impresionismo.
Desde 2009, Bautista ayudada por dos sobrinos, Jansen y Pongsak Navalaksana, intentó vender las obras de arte a pesar de ser consciente de la naturaleza ilegal de dicha transacción, indicó la fiscalía del distrito en un comunicado.
Explicó que varios correos electrónicos revelan su miedo a ser descubierta intentando vender cuadros en el "mercado negro" y expresaban su miedo "de ser arrestada e ir a la cárcel".
En septiembre del 2010, Bautista y sus sobrinos consiguieron vender por 32 millones de dólares el cuadro más valioso, una pintura de la serie "Los nenúfares" de Monet a una galería de Londres.
La venta fue posible gracias a la aportación de documentación falsa que legitimaba a Bautista como vendedora y beneficiaria del cuadro.
La ex secretaria se quedó con la parte sustancial de los beneficios de la venta aunque repartió a sus sobrinos y otros conspiradores varios millones de dólares.
En primavera de 2011, Bautista y su sobrino Jansen hicieron su declaración de impuestos estatales y no reportaron ingreso alguno por la venta del Monet, por lo que al cargo de apropiación indebida se añade el de fraude fiscal.
El fiscal del condado de Nueva York, Cyrus Vance, subrayó la "importancia de proteger la integridad del mercado internacional del arte", y recordó que la acusación desentrañaba el paradero "de obras de arte destacadas extraviadas por más de 25 años".
El dictador Ferdinand Marcos estuvo en el poder entre 1965 y 1986. Durante ese período, su esposa Imelda adquirió con fondos públicos una vasta colección de arte que adornaba propiedades estatales en Filipinas y en Manhattan.
En 1986, los Marcos abandonaron Filipinas por una serie de amplias protestas populares que permitieron la instauración de la democracia.
Inmediatamente antes e inmediatamente después de la caída del poder de los Marcos, numerosas obras de arte desaparecieron de las propiedades oficiales.
Desde entonces, el Gobierno filipino ha hecho una campaña pública para intentar recuperar las obras de arte.
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