La India se dirige hacia un choque entre dos formas de concebir el Estado

  • La India se dirige hacia un choque entre dos formas de concebir el Estado, una de corte secular y que ha predominado desde la independencia en 1947, y una de base religiosa y que ha emergido con fuerza en los últimos tiempos.

Alberto Masegosa

Nueva Delhi, 21 sep.- La India se dirige hacia un choque entre dos formas de concebir el Estado, una de corte secular y que ha predominado desde la independencia en 1947, y una de base religiosa y que ha emergido con fuerza en los últimos tiempos.

Ese es el augurio de los biógrafos de Narendra Modi, nombrado este mes candidato del primer partido de oposición, el hindú Bharatiya Janata Party (BJP), en las elecciones previstas en 2014 en la mayor democracia, y tras China, el segundo país más poblado del mundo.

"Estamos ante una colisión entre el concepto de Estado hindú que propugna Modi y el de república laica que defienden los Gandhi", dice Kingshuk Nag, autor de "La Historia de Namo", título que alude al diminutivo con que conocen al líder del BJP sus partidarios.

"Son dos formas opuestas de entender la India", subraya Nag, cuya obra resume la carrera de Modi desde que en 2002 asumió el gobierno de Gujarat, región occidental en la que cimentó la aureola de buen gestor que le ha convertido en aspirante al poder en Nueva Delhi.

Y en un líder cuya fama de privilegiar a la mayoría hindú, en particular las castas altas, sobre minorías de otros credos, y las castas bajas, ha desencadenado una corriente emocional e ideológica, tanto a favor como en contra, inédita en el gigante asiático.

En declaraciones a Efe, Nag destacó que esa polarización no ayudará a Modi a arrebatar el liderazgo nacional a los Gandhi, cuyo populista Partido del Congreso dirige ahora el gobierno central, algo que ha hecho casi de continuo desde hace más de seis décadas.

"Ninguna previsión indica que el BJP ni el Congreso logrará más del 30 % de los escaños del Parlamento por lo que Modi tendrá que buscar alianzas postelectorales para poder gobernar, y en esa tarea lo va a tener más fácil el laicismo de la familia Gandhi", apuntó.

Nag se refirió al rechazo frontal que Modi provoca en partidos regionalistas de electorado popular y en la comunidad musulmana, que suma junto a otras minorías religiosas -sij, cristiana, budista, jainita-, cerca del 20 % de los 1.200 millones de indios.

En el caso musulmán, esa postura hunde sus raíces en la matanza registrada en 2002 en Gujarat, donde meses después de que Modi asumiera el gobierno regional más de un millar de personas, en su mayoría de credo islámico, fueron asesinadas por radicales hindúes.

Varios testigos acusaron a Modi de permitir e incluso impulsar la matanza, y aunque él lo negó y no fue imputado, Estados Unidos le prohibió al poco la entrada en su territorio por una actitud que consideró al menos laxa como gobernante durante la masacre.

Para el especialista en nacionalismo hindú Nilangan Mukhopadhyay, Narendra Modi supone un "punto y aparte" en ese movimiento, que es representativo desde principios de los noventa pero nunca había alcanzado el grado de extremismo que encarna su actual líder.

Autor de otra biografía del polémico político, "Modi; el hombre, los tiempos", Mukhopadhyay recordó en declaraciones a Efe que el BJP ocupó ya el Gobierno de 1998 a 2004 "aunque con dirigentes que tenían otro perfil, más moderado, y no polarizaron el país".

El experto -autor también de un primer volumen sobre hinduismo político, "La demolición"-, relata en su segundo libro como Modi se ha desembarazado de dirigentes más tolerantes, como su propio mentor Lal Khrisna Advani, para hacerse con las riendas del BJP.

"No creo que se le pueda tildar de fascista ni de teocrático pero si diría que Modi cree en una especie de régimen de tinte totalitario, dominado por la mayoría hindú y en el que no tienen cabida la minorías, sobre todo la mayor, la musulmana", dijo.

"Ese radicalismo desafía los principios del Estado que fijó Jawarhalal Nehru -padre de la independencia y patriarca de los Gandhi-, principalmente el carácter secular, que es la seña de identidad del régimen desde entonces", explicó Mukhopadhyay.

El escritor mantuvo que "el problema es que los Gandhi están debilitados por las acusaciones de inacción y corrupción, y falta de un liderazgo sólido y claro porque Sonia -presidenta del Congreso-, no acaba de impulsar a su hijo Rahul como el candidato del partido".

Mukhopadhyay sostuvo que Modi, en cambio, es eficaz, su liderazgo es sólido y claro y no se le conocen prácticas corruptas.

"Por eso -deslizó-, gusta tanto a su gente".

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