La izquierda toma la calle para celebrar la victoria de Hollande

  • Los simpatizantes de izquierda en Francia celebran hoy en las calles del país la victoria del socialista François Hollande en las elecciones presidenciales frente al conservador Nicolas Sarkozy en una demostración de júbilo con cumbre en la simbólica plaza de la Bastilla de París.

París, 6 may.- Los simpatizantes de izquierda en Francia celebran hoy en las calles del país la victoria del socialista François Hollande en las elecciones presidenciales frente al conservador Nicolas Sarkozy en una demostración de júbilo con cumbre en la simbólica plaza de la Bastilla de París.

Desde primeras horas de la tarde, los adeptos de Hollande se reunieron en la parisina calle de Solferino, sede del Partido Socialista (PS), donde los militantes coreaban cánticos de victoria entre el júbilo y la impaciencia, a la espera de que se confirmara el triunfo de su candidato que avanzaban las encuestas.

Una vez que la victoria de Hollande se hizo oficial con las estimaciones de resultados, a falta de conocer el escrutinio definitivo, los militantes empezaron a descorchar botellas de champán para celebrar el ascenso de un socialista al Palacio del Elíseo, 17 años después de la salida de François Miterrand.

Mientras tanto, la simbólica plaza de la Bastilla, allí donde Mitterrand celebró en 1981 la primera victoria de la izquierda en unas elecciones presidenciales, iba recibiendo simpatizantes de Hollande, de izquierda y ecologistas, para preparar una fiesta que se espera se prolongue hasta altas horas de la madrugada.

"Hollande presidente, Hollande presidente" o "hemos ganado, hemos ganado", retumbaban en una plaza abarrotada de gente y en la que la Policía tuvo que cerrar la estación de metro por motivos de seguridad y que, a medida que caía la noche en París iba rebosando hacia las calles aledañas.

Escenario electoral habitual de las celebraciones de izquierda, el fervor en la Bastilla contrastaba con la soledad de la también parisina plaza de la Concordia, allí donde los simpatizantes de Sarkozy habían planeado celebrar la victoria de su candidato, si éste era capaz de dar la sorpresa y renovar por otros cinco años de mandato.

Lejos de París, en la plaza Gambetta de Tulle, la pequeña ciudad del departamento de Correze en donde Hollande es diputado y donde pasó toda la jornada electoral, cientos de personas se habían concentrado desde media tarde delante del estrado donde se había preparado una tribuna para el discurso del líder socialista.

Allí, ante la mirada de unos 600 profesionales de los medios de comunicación, Hollande desató una alegría colectiva entre los suyos cuando tomo la palabra para confirmar que "los franceses han elegido el cambio" al darle la victoria en las urnas.

Fue en Tulle, su feudo electoral, donde el victorioso candidato internacionalizó su discurso al asegurar que Europa miraba con atención los comicios franceses y para destacar que su victoria ha sido "un alivio, una esperanza" en otros países de la Unión Europea porque "la austeridad no podía seguir siendo una fatalidad".

Poco después el socialista tomó un avión rumbo a París, para sumarse a los suyos en la plaza de la Bastilla, donde un público eminentemente juvenil multiplicaba los cánticos y eslóganes a favor de Hollande y en contra de Sarkozy.

Rodeados de rosas rojas, banderas de Francia, de la Unión Europea, de Marruecos, de Argelia y enseñas arco iris o comunistas, entre otras variopintas enseñas, muchos de los allí congregados capturaban con su teléfonos móviles fragmentos de euforia colectiva.

La fiesta, bañada de cerveza, vino y música en vivo como la de Yannick Noah, reunió a los simpatizantes de izquierda en la calle, tras una década de Presidencias y Gobiernos de derechas en Francia, a la espera de que Hollande se dirija a los suyos a su llegada a la capital.

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