La Ley D'Hondt y por qué un voto en Lleida vale el doble que otro en Barcelona

    • El polémico sistema electoral beneficia a los partidos de corte más nacionalista, según las proyecciones.
Una papeleta electoral
Una papeleta electoral

Como ante cada cita electoral, el sistema vigente en nuestro país, el D'Hondt, vuelve a generar las discrepancias.

Creada por el jurista belga Victor D'Hondt a finales del siglo XIX, la ley de su mismo nombre, está aún vigente también en otros países como Francia, Argentina o Suiza, y, pese a las sucesivas peticiones de los partidos de oposición para modificarla, en España permanece imperturbable desde entonces.

¿Qué es? La Ley D'Hont es un sistema electoral de cálculo proporcional que divide el número de votos emitidos para cada partido entre el número de cargos electos con los que cuenta cada circunscripción.

Lo que marca esta ley es que hay que dividir el número total de votos que ha recibido un partido por 1, 2, 3, 4 y 5, es decir, los cargos electos que se disputan en cada circunscripción. En este caso, los 5.000 votos del partido A se dividirían por 1, 2, 3, 4 y 5, lo mismo con los 4.000 votos del partido B (1, 2, 3, 4, 5), etc. De todos los resultados obtenidos, los cinco diputados se asignan a las cinco cifras más altas, independientemente del partido que sean.

Para poder aspirar a obtener representación, hay que lograr un mínimo del 3% del total de los votos.
Se considera que el reparto favorece las mayorías y también que los partidos más votados puedan gobernar sin apoyos. Por el contrario, suele reprochársele que se lo pone difícil a las formaciones más minoritarias. No tanto, no obstante, como el sistema de proporcionalidad directa que rige en algunos países, como EEUU y Reino Unido, donde es la fuerza más votada en cada circunscripción la que se lleva todos los escaños.

El Parlamento de Cataluña está constituido por 135 diputados elegidos en cuatro circunscripciones electorales, correspondientes a las cuatro provincias. Así, Barcelona 85 escaños, Girona, 17 escaños, Lleida, 15 escaños y Tarragona, 18.

Se considera que la aplicación de la Ley D'Hondt beneficia a Lleida y Girona, provincias con el censo más reducido y donde tradicionalmente, los partidos nacionalistas han tenido también más peso. Así, por ejemplo, según este sistema de proporcionalidad suele considerarse que un voto en Lleida vale 2'3 veces un voto de Barcelona.

Según el pronóstico del CIS, la candidatura de 'Junts pel Sí' ganaría en todas las provincias, con entre 32-33 escaños por Barcelona, 10 por Girona, 10 por Lleida y 3 por Tarragona. En la encuesta se aprecia el mayor peso del independentismo en las provincias antes señaladas: así, por ejemplo, en Lleida el resto de formaciones empatarían a un escaño, mientras que en Girona también se quedarían a distancia: dos escaños para Ciudadanos, entre uno y dos para PSC y PP y uno para el resto.

Si analizamos, por ejemplo, los resultados de las elecciones catalanas en 2012, vemos cómo en Barcelona, Ciu necesitó de 762.628 votos para lograr 26 escaños por Barcelona (29.331 votos por escaño), mientras que en Lleida le bastaron 88.636 para conseguir 8 diputados (11.079 votos por escaño). El PP, por su parte, logró dos escaños en ambas provincias, pese a la diferencia de sufragios: en Lleida 23.269 votos y en Girona, 32.912.

Además hay que tener en cuenta el papel del voto blanco, nulo y la abstención. En el primer caso, se afecta al resultado final ya que los votos se suman al total de sufragios a partir del que se hace la distribución de escaños. De esta forma, el umbral para tener representación aumenta, con lo que los partidos como Unió-al que las encuestas no dan ningún escaño- o el PPC- que vería reducida su representación según las proyecciones-serán perjudicados. Por el contrario, la candidatura 'Junts pel Sí', que parte como favorita según las encuestas, sería la beneficiada. Por el contrario, los votos nulos no suman al total y por tanto no afectan a los resultados.

En cuanto a la participación, se considera que si ésta es elevada los partidos constitucionalistas saldrán reforzados. Es por ello que las formaciones contrarias a la independencia se han volcado esta campaña en alentar el voto de la conocida como "mayoría silenciosa" para lograr una alta movilización. Según la tradición electoral en Cataluña, existe un amplio número de catalanes que votan en las generales pero se abstiene en cambio en las autonómicas.

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