La limpiadora hallada muerta en Pinto era cordobesa y tenía 54 años

    • En declaraciones en exclusiva a Lainformacion.com el primer testigo revela que el cuerpo estaba en el cuarto de los utensilios de limpieza.

    • Era la empleada de la limpieza de un bloque de edificios ubicado en la calle Santo Domingo de Silos en la localidad madrileña.

La trabajadora de la limpieza hallada muerta este martes en un bloque de edificios de Pinto era cordobesa, aunque llevaba varios años residiendo en esa localidad madrileña. Según desvela este vecino, la mujer, de 54 años, trabajaba desde hace varios años en el bloque de viviendas ubicado en el número 22 de la calle Santo Domingo de Silos y fue encontrada muerta en el cuarto de los utensilios de menaje de la vivienda por dos vecinos con aparentes signos de violencia.


La Guardia Civil ha confirmado que se descarta que se trate de un nuevo caso de violencia de género y bajaran varias hipótesis. Durante las próximas horas se le va a realizar la autopsia al cadáver para determinar las causas de la muerte. Por la rigidez que presentaba el cuerpo, los sanitarios estimaron que la mujer llevaba muerta entre cuatro y doce horas.Así encontraron el cuerpo

Un vecino de Pinto buscaba ayer un enchufe en el que conectar sus herramientas en la zona de los trasteros de un inmueble y salió corriendo al encontrar en el cuarto de la limpieza un el cuerpo de una mujer. Lo cuenta Gustavo Fernández, la primera persona a las que acudió el vecino que encontró el cadáver.


Este vecino sólo vio las piernas y un brazo de la víctima, la cual había sido presuntamente asesinada ya que presentaba aparentes signos de violencia en la cabeza, por lo que la Guardia Civil, que es la que investiga los hechos, no descarta ninguna línea de investigación. Los agentes judiciales están a la espera de que hoy se le realice la autopsia a la víctima para esclarecer la causa de la muerte de esta empleada.


"Mi amigo, C.H., me avisó asustado de lo que creía haber visto. Yo, con miedo, bajé", recuerda Fernández quien vive en el bloque desde hace tres años. Su amigo le señaló la puerta en la que estaba el cuerpo de la trabajadora. Él, dubitativo, la abrió. "La luz, que es de las automáticas, se apagaba y tenía que alumbrar con la luz del pasillo. Abrí con miedo la puerta y vi lo mismo que mi amigo. De inmediato cerramos la puerta, salimos corriendo, subimos al portal y tocamos los timbres en busca del presidente de la comunidad, al que no encontramos", prosigue relatando todavía sin creerse lo ocurrido.


Localizaron al ex presidente de la comunidad, quien acudió a la zona de los trasteros acompañado de su cuñado. "Él fue el que vio el charco de sangre y reconoció el batín de la limpiadora", explica este vecino de 43 años.


Rápidamente subieron al portal y dieron el aviso al 112 a las 19.50 horas. Fueron los sanitarios los que se personaron en el lugar y comprobaron que la mujer estaba muerta. "Al llamar nos pedían que confirmáramos si estaba muerta o inconsciente, algo que no nos atrevimos a hacer porque nos daba miedo", confiesa.


Posteriormente llegó la policía, cortó la calle y los cuatro hombres acudieron a prestar declaración a la comisaría, en la que han estado hasta las tres de la madrugada.Con el miedo en el cuerpo

El miedo, el pánico y el susto fueron algunos de las emociones que sintió este testigo que hoy cuenta la historia. "Se me cerró el estómago", confiesa "El año pasado robaron en los trasteros y ayer pasó esto…Si a mi mujer ya le daba respeto bajar ahí, ahora todavía más", indica y añade que esta noche no ha dormido nada abrumado por los hechos.
Desde su punto de vista, la zona en la que presuntamente se asesinó este martes a la empleada, está bastante apartada, por lo que él cree que aunque hubiera gritado "no la hubiera oído nadie o como muchos algún vecino de los bajos". "Creo que es difícil que alguien hubiera escuchado los gritos, ya que por la hora en la que se cree que la asesinaron la gente estaba llevando a los niños al colegio o yendo a trabajar", opina.Así era la víctima

El segundo testigo que vio el cadáver ha explicado que la trabajadora llevaba "por lo menos tres años" limpiando el edificio dos o tres días por semana. "La verdad es que nunca hablé con ella más allá de saludarnos, pero lo que puedo decir es que siempre estaba con los cascos puestos fregando y cantando sevillanas", concluye Fernández.

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