La nueva sala Prim del Congreso de los Diputados, lista para ser usada

Madrid, 15 jul.- El Congreso de los Diputados contará en el próximo periodo de sesiones con la Sala Prim, un nuevo espacio dotado con todos los avances tecnológicos que ya está listo para su utilización y que es resultado de las numerosas obras que se están haciendo en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo.

Obras que siguen avanzando y que han permitido hoy a un grupo de periodistas ver estancias como la que se sitúa encima del salón de plenos, con el inmenso lucernario y la vidriera en forma de abanico por la que pasa la luz natural hasta el hemiciclo en el que debaten los diputados.

La vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos, ha recorrido con los medios de comunicación la sala nueva y las estancias ya acondicionadas gracias a estas obras con las que, ha dicho, se busca devolver al edificio del Congreso "la importancia que tenía" y asegurar la seguridad de quienes lo ocupan.

Y es que cuando comenzaron las obras de las cubiertas -ya encargadas en la anterior legislatura, cuando presidía la Cámara el socialista Manuel Marín- se comprobó que la estructura global del edificio, que es de madera, estaba en muy malas condiciones y debía ser restaurada y reforzada.

La sala Prim es una amplia estancia con sus dos paredes laterales acristaladas, que dan a dos de los patios del palacio recién arreglados, como lo están también ya las cubiertas.

Con el suelo, paredes y techo revestidos de madera de roble rojo americano y decorada con mesas y sillas antiguas restauradas, se trata de una sala que, según Villalobos, se utilizará para actos "importantes" y para lo que requieran los grupos parlamentarios.

La Mesa del Congreso acordó hace unos meses, a propuesta del presidente de la Cámara, Jesús Posada, que la sala llevase el nombre del general Juan Prim, presidente del Gobierno asesinado en 1870, y del que este año se cumple el bicentenario de su nacimiento en Reus (Tarragona).

Ocupa una antigua estancia en la que los "padres" de la Constitución de 1978 elaboraron la actual Carta Magna, y que estaba dividida en dos espacios que desde hacía años ya no usaban los parlamentarios y sólo se utilizaban, en ocasiones, para las clases de inglés de los trabajadores de la Cámara.

Muy cerca de esta sala se encuentra una estancia única del Congreso, la que se sitúa justo encima del hemiciclo.

Se trata de una inmensa estructura de vigas de madera que sostiene la cubierta y que alberga el lucernario con la vidriera en forma de abanico que deja pasar la luz al salón de plenos.

Estas vigas se encontraban en buen estado pero también han sido limpiadas y sometidas a un tratamiento antisilófagos, según ha explicado la arquitecta encargada de las obras, Ana Jiménez.

La obra de las cubierta también ha permitido recuperar otro lucernario, el que se encuentra justo encima del Vestíbulo de la Reina, la primera estancia del Congreso si se accede por la Puerta de Los Leones.

Celia Villalobos ha valorado los trabajos que se están haciendo en el Congreso tras 130 años en los que no se había hecho ninguna actuación de mantenimiento.

Queda todavía por restaurar la segunda planta, que alberga oficinas de los servicios generales, y en la que había numerosas zonas con la madera carcomida y dañada por el paso del tiempo.

El forjado de la segunda planta comenzará a mediados de agosto, junto con las otras obras que quedan por concluir, las del sótano segundo, donde se sanearán las bajantes y las pluviales y se afianzará la cimentación.

Quedan pues, según los cálculos de la arquitecta, quince meses para culminar unas obras que permitirán recuperar numerosas estancias olvidadas o dañadas por el paso del tiempo y que ahora volverán a formar parte de la actividad diaria de la Cámara.