Naciones Unidas ha condenado los últimos ataques contra los voluntarios que ayudan en Sudán del Sur. Las víctimas han aumentado en los últimos meses debido al incremento de robos a mano armada en las instalaciones de las agencias humanitarias que trabajan en la zona.
El personal de Nile Hope, uno de los socios de la ONU en el país, ha afirmado que el viernes seis hombres armados entraron en las oficinas y obligaron a los empleados a permanecer en el baño mientras robaban dinero, ordenadores portátiles y teléfonos.
"La violencia contra las organizaciones de ayuda humanitaria en Sudán del Sur ha puesto en peligro la capacidad de ayuda de los cooperantes en un momento en el que las necesidades son más graves que nunca", ha declarado Eugene Owusu, el coordinador humanitario de la ONU en Sudán del Sur.
Hasta la fecha, 33 voluntarios han sido asesinados en Sudán del Sur desde que estallara el conflicto en diciembre de 2013, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA). Además, las agencias de ayuda humanitaria han informado de que a lo largo del mes de octubre se han producido 32 intentos de robos y saqueos.
La guerra civil de Sudán del Sur se originó tras las disputas entre el presidente Salva Kiir y el exvicepresidente Riek Machar, creando un conflicto entre diferentes etnias que apoyan a cada uno de ellos. En la actualidad, la malnutrición ha alcanzado niveles preocupantes, provocando que esta situación desencadene hambrunas en algunos lugares a finales de año. El conflicto ha hecho que más de 2,2 millones de personas hayan abandonado sus casas.
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