La Policía Científica tendrá que explicar muchas cosas, ahora que el caso parece aclararse.
Tendrá que explicar cuáles son sus métodos científicos porque no vio la diferencia entre un animal y un ser humano.
Ha tenido que ser la propia familia la que despejara la duda, encargando un informe externo. Y la Policía Científica tendrá que explicar cómo es posible que teniendo las pruebas dos días después de la denuncia, no haya sido capaz de pedir un segundo análisis.
En teoría, este crimen se cometió el 8 de octubre de 2011. José Bretón, padre de Ruth, de 6 años, y José, de dos, fue a una Comisaría a denunciar la desaparición de sus hijos. Según su relato, estaba en el Parque Cruz de Córdoba y de repente perdió a los niños de vista. No volvió a verlos más.
La Policía Científica efectuó un registro en la finca de Las Quemadillas el 10 de octubre. Es la finca de los padres de Bretón. Allí hallaron los restos de una hoguera donde, en teoría, Bretón quemó las fotos y los recuerdos familiares. Bretón y su mujer estaban en trámites de separación.
Los restos óseos encontrados en la finca por la Policía Científica resultaron ser de un animal, según el primer informe.
Eso explica la actitud silenciosa de Bretón. Si la Policía no vio los restos humanos que ya había analizado, no habría más pruebas contundentes contra él.
Diez meses después, la Policía ha confrmado que los restos óseos no eran animales sino humanos. Previsiblemente, los de Ruth y José. Pero esta vez el informe no era de la Policía Científica, sino externo.
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