Río de Janeiro, 11 jul.- La policía brasileña dispersó hoy a centenares de manifestantes que se concentraron a las puertas del palacio Guanabara, sede del ejecutivo regional de Río de Janeiro, para pedir la renuncia del gobernador, Sergio Cabral.
Esta fue la segunda protesta reprimida hoy por la policía en Río de Janeiro, durante el día de "lucha" convocado por los principales sindicatos del país.
Los policías lanzaron bombas de gas lacrimógeno y balas de goma para dispersar a los manifestantes, que huyeron por las calles del barrio de Flamengo, donde se ubica el palacio, y después regresaron a las puertas del edificio de gobierno en menor número, según comprobó Efe.
El metro de Río de Janeiro cerró la estación de Flamengo durante cerca de media hora debido a la manifestación, según informó el servicio de tren subterráneo.
Horas antes, en el centro de la ciudad, la policía usó gases lacrimógenos y balas de goma para enfrentarse a un pequeño grupo de encapuchados que atacó a los uniformados con piedras y objetos incendiarios.
Los disturbios ocurrieron cuando estaba terminando una marcha pacífica que congregó a cerca de 5.000 trabajadores que reivindicaban la reducción de la jornada laboral a 40 horas.
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