La Comisión de Trabajo del Senado, que ha debatido el proyecto de ley de la reforma laboral, vivió momentos deconfusión e incluso caos en la votación de las enmiendas y acabó conun cierto alboroto del que se quejó la presidenta de este órgano:"No me hace nadie ni puto caso... ni caso".
Así de clara fue la senadora socialista Lentxu Rubial cuandoestaba dando por concluida la Comisión y leía el tradicional textoen el que se explica que ahora el proyecto de ley vuelve al Congresopara su aprobación definitiva.
Con los micrófonos aún abiertos, Rubial dejó caer esta frase queno parecieron oír sus compañeros de la Cámara alta, pues mientrasalgunos hablaban o se despedían otros seguían intentando aclararsesobre cuáles habían sido las enmiendas aprobadas.
Entre ellos, la portavoz del PP, Alicia Sánchez Camacho, a quiense oía pedir "menos cachondeo"cuando alguien bromeaba con suspreguntas sobre las enmiendas.
La propia Rubial se equivocó en más de una ocasión sobre losresultados de las votaciones enmienda a enmienda, mientras queSánchez Camacho insistió en preguntar quién había votado a favor delconjunto del proyecto de ley, ya que el resultado de la votación fueun empate y venció el sí por el voto ponderado.
Al final, mientras Rubial se despedía de los senadores y algunole deseaba que acabara pronto con la recopilación del dictamen, sucompañero de mesa afirmaba: "éste es un castigo por no habertrabajado en toda la legislatura".
"No, por no haber trabajado en la ponencia", le replicó Rubial.
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