La reunión entre Obama y Peña Nieto, tan tradicional como significativa

  • Las reuniones entre mandatarios y presidentes electos de EE.UU. y México son una tradición desde 1980, pero la de hoy cobra especial importancia ante la necesidad de revisar el enfoque en dos áreas clave de la agenda: la migración y la lucha antidrogas.

Lucía Leal

Washington, 27 nov.- Las reuniones entre mandatarios y presidentes electos de EE.UU. y México son una tradición desde 1980, pero la de hoy cobra especial importancia ante la necesidad de revisar el enfoque en dos áreas clave de la agenda: la migración y la lucha antidrogas.

La cita entre el presidente de EE.UU., Barack Obama, y el mandatario electo de México, Enrique Peña Nieto, se produce apenas cuatro días antes de que el segundo tome posesión del cargo y después de que haya visitado seis países latinoamericanos y cuatro europeos.

Washington suele ser la última parada de los presidentes mexicanos electos en sus primeros contactos en el exterior, que históricamente han viajado primero a Latinoamérica, pero eso no resta fuerza al primer encuentro de Peña Nieto y Obama.

El ritual se repite desde que el estadounidense Ronald Reagan, elegido en 1980, se vio en Ciudad Juárez con el presidente mexicano José López Portillo, quince días antes de asumir su cargo.

Aquel encuentro, en el que ambos líderes se definieron como "amigos" pese a la división que vivían sus países ante el aumento de la migración ilegal y el conflicto en El Salvador, se convirtió en una referencia para los intentos de dar un "nuevo comienzo" a una relación plagada de áreas delicadas.

La cita de Obama y Peña Nieto se produce tras sendos ciclos electorales que han marcado dos asuntos claves en la agenda bilateral: la promesa de impulsar una reforma migratoria en EE.UU. y la de avanzar hacia la desmilitarización de la lucha antidrogas en México.

Para Roberto Izurieta, director de Latinoamérica en la escuela de gestión política de la Universidad George Washington y uno de los asesores de la campaña presidencial de Peña Nieto, existe "sin lugar a dudas" un amplio potencial de acuerdo y cooperación en esos dos frentes.

La reunión de hoy será el comienzo de "un cambio de la retórica a la acción y al refuerzo de otros temas mucho más positivos y que pueden y deben ser optimizados, como el comercio y la cooperación", dijo a Efe Izurieta.

Esos temas, añadió, "centraron el diálogo entre Vicente Fox y George W. Bush" durante la visita a Washington del entonces presidente electo mexicano en 2000, cuando el estadounidense era aún candidato republicano a la presidencia, y en el primer viaje de éste a México, poco después de llegar al poder.

"En otras palabras, podremos volver a un diálogo más parecido a aquellos que se vivieron antes del Gobierno de (Felipe) Calderón", opinó Izurieta.

Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, coincide en que la cita de hoy es "potencialmente más significativa" que la que se produjo entre Bush y Calderón en 2006, cuando el primero acababa de ser reelegido y "las expectativas de inyectar nuevas energías en la relación eran mínimas".

Al igual que Izurieta, Shifter considera el encuentro "más comparable" al que Bush y Fox mantuvieron en 2000, cuando ambos acababan de ser elegidos.

"Pero entonces llegó el 11 de septiembre (de 2001), y la prometedora agenda cayó por la borda", indicó a Efe Shifter, que subrayó que el resultado de las elecciones del pasado 6 de noviembre en EE.UU. tiene implicaciones "extremadamente importantes" para la relación bilateral.

La relevancia del voto latino ha "renovado el optimismo sobre las perspectivas de una reforma migratoria" en Estados Unidos, lo que encauzaría un problema que, junto a la política antidrogas, "ha sido la principal fuente de tensión e irritación en la relación", agregó.

"Probablemente, Peña Nieto presionará aún más para que haya un debate serio sobre las distintas opciones en la política antidrogas, y la opinión pública en Estados Unidos está obviamente cambiando", apuntó Shifter, en alusión a la legalización de la marihuana en los estados de Colorado y Washington.

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