La violencia en la valla, una nueva táctica para llegar a suelo español

  • Detrás de la violencia en los saltos de valla está también el último recurso de los inmigrantes : ser detenidos para poder pisar suelo español.
El Gobierno denuncia "agresividad" de los inmigrantes en el salto a Melilla y defiende el uso de gases con pimienta
El Gobierno denuncia "agresividad" de los inmigrantes en el salto a Melilla y defiende el uso de gases con pimienta

"Destaca del segundo grupo que se despliega por la zona de Vaguada Linares, la fuerza y virulencia con que acometieron este segundo intento de salto. Los encaramados se han enfrentando abiertamente a los efectivos de los Grupos de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil e incluso en algunos casos han llegado a prender fuego a parte del ropaje que vestían para lanzarlo contra los agentes de la Benemérita".

Así explicaba el Ministerio de Interior, en comunicado de prensa, el asalto protagonizado ayer por unos 800 inmigrantes en Melilla. 150 de ellos se encaramaban a la valla, una imagen que viene repitiéndose en los últimos asaltos , y permanecían allí durante seis horas. En el salto de ayer, doce agentes sufrían lesiones, según Delegación de Gobierno, y también seis inmigrantes resultaban heridos de distinta consideración, uno de ellos con un traumatismo en una pierna.

Desde hace semanas, es habitual que los comunicados de Interior insistan en la actitud "beligerante" mostrada por los irregulares que intentan acceder a territorio español. En el caso de ayer, destacando por ejemplo un nuevo modus operandi: el empleo de ropa ardiendo para arrojar contra los agentes como nueva forma de presión para forzar su entrada a España. Desde hace semanas, también, la fórmula informativa del ministerio de Interior pasa por proporcionar más detalles y cobertura de cada uno de los asaltos. Estrategia intencionada, denuncian las ONG, para trasladar una imagen irreal de los asaltos.

La nueva táctica apuntada por Interior, según los agentes de la valla, es una más de entre todas las empleadas por inmigrantes que se encuentran en la última etapa de un desafío contra el hambre y que no escatiman en recursos para pisar territorio español y dilatar al máximo su estancia en España. Así lo demuestra la tendencia observada en los últimos saltos, en los que varios de ellos han optado por permanecer encaramados, algunos durante ocho horas, en el techado de los puestos de seguridad, o, incluso, en lo alto de las vallas, a más de seis metros de altura. Otra de las últimas tácticas es dividir el grupo en otros más pequeños para intentaratravesar la valla por varios puntos y forzar a los agentes a dividirse a lo largo de todo el perímetro.

Ni siquiera la estrategia de ayer, utilizar prendas de ropa encendidas para evitar ser expulsado, sorprende a los propios agentes. "No todos los subsaharianos que intentan entrar son violentos, pero otros sí. Ponen obstáculos para que no puedan ser interceptados", dice Jamal Al-Alal, secretario de la Agrupación Unificada de Guardia Civil en Melilla. Pero la violencia tiene también una intencionalidad, "algunos la emplean para intentar quedarse. Agreden a la Guardia Civil para que los detengan y se les impute un delito o una falta administrativa". Entonces, en tanto dure el proceso judicial, permanecerán en Melilla y posiblemente sean trasladados al CETI, el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, "Su ansia es conseguir quedarse en España, les da igual cómo".

Bien es cierto que pocos recurren a estaestrategia.Sobre todo, porque los agentes, en la espiral de los asaltos, apenas son capaces de identificar a los sinpapeles que arrojan palos o piedras contra ellos y proceder a su detención. O también, porque en algunos casos agreden a agentes de Marruecos, y, en este caso, pueden ser solicitados por las autoridades de este país.

Que los inmigrantes están dispuestos a todo lo demuestran otros episodios recientes, como el ocurrido en febrero, cuandoun vehículo kamikaze con una veintena de inmigrantes logró entrar en suelo españoldespués de atravesar de forma violenta la barrera de seguridad del puesto fronterizo de Melilla y poner en peligro a los agentes que trabajaban en la frontera.

Los sindicatos policiales y de guardia civilsolicitaron entonces una reforma de la ley de extranjería para que los inmigrantes que empleasen la violencia como recurso para entrar en el paísfuesen expulsados de forma automática, sin pasar antes por los centros de internamiento. Así ocurrió en el caso de este coche kamikaze. "No se pueden dar tantos derechos a quienes vienen de forma irregular", afirmó el presidente autonómico Juan José Imbroda.Descartan el uso de gas pimienta

El cambio en los métodos de entrada en España, les obliga también a adaptarse en sus técnicas de disuasión para evitar que los irregulares entren en Melilla.

La actuación de los efectivos de la valla quedó ayer en entredicho, después de que varias imágenes mostrasen cómo los guardias civiles empleaban gases lacrimógenos e incluso un extintor como material antidisturbios. Los agentes defienden que éste último se utilizó después de que uno de los inmigrantes prendiese fuego a una prenda de ropa para evitar su expulsión a suelo marroquí. Algunas ONG han difundido también varios vídeos en los que se demuestra el uso de gas pimienta,un método contemplado en la legislación y que, en baja concentración, se permite también como método de autodefensa, para repeler los saltos. "Si se ha utilizado, ha sido de forma muy puntual", afirma Al-Alal. "tiene que darse una situación muy extrema, donde se vea peligro para la integridad física".Este gas provoca una intensa irritación en los ojos y picazón en las vías respiratorias, tos, y sensación de calor. En ciertas cantidades puede dar lugar a ampollas en la piel y sensación de ceguera momentánea. Es un método ampliamente generalizado pero su uso no está exento de polémica.

Del mismo modo, Al-Alal descarta también que se empleasen inyecciones sedantes contra subsaharianos encaramados a las vallas, como han denunciado algunas organizaciones e incluso vecinos "no tenemos ni ese tipo de artilugios", afirma, elevando también una queja a los superiores de Interior. Recuerdan que los agentes llevan tiempo reclamando un protocolodo que les proporcione un marco legal para la actuación en la frontera.

"Necesitamos que los agentes se sientan respaldados con una instrucción de los superiores", dice preguntado por las "devoluciones en caliente", práctica habitual en cada llegada de inmigrantes y que supone una vulneración de la legislación, ya que ésta exige que se identifique a los irregulares antes de su expulsión con el fin de valorar su posible condición de refugiado. "¿Cuando una persona no quiere facilitar sus datos para ser identificado qué hacemos? Y esto suele pasar siempre. Dicen que se llaman de una manera, y se llaman de otra... y todo esto lo dificulta", disculpa este portavoz."La desesperación no debe ser excusa para la violencia"

El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, ha aludido hoy a la "conflictividad" que caracteriza los últimos intentos de entrada de subsaharianos y ha dicho quela desesperación de los inmigrantes no debe ser excusa para justificar el comportamiento de acceder con fuerza.

En una rueda de prensa ofrecida junto al coronel jefe de la Guardia Civil en Melilla, Ambrosio Martín Villaseñor, El Barkani ha explicado alguno de los detalles de los dos asaltos a la valla registrados ayer, protagonizados por más de 600 inmigrantes, de los que unos 140 consiguieron entrar y otros 150 permanecieron horas encaramados al vallado.

El delegado ha señalado que la presión migratoria que vive la ciudad desde hace meses, lejos de cesar, continúa en aumento, al tiempo que también aumenta la"conflictividad y el drama humano" que suponen estas tentativas.

"Este tipo de inmigración irregular, y de forma muy especial la que se lleva a cabo en forma de saltos masivos a la valla de Melilla,deriva cada vez más en una situación de conflictividad y de confrontación y enfrentamiento con las fuerzas de seguridad", ha dicho.

Para El Barkani, esto deja en evidencia la necesidad de replantear toda la política de inmigración de la UE con el fin de conseguir una política única y común "solidaria" con los países de origen y tránsito, y que apueste por el desarrollo.

El delegado ha insistido en que cada vez son más los inmigrantes que tratan de "forzar" su entrada a Españay para ello utilizan cualquier método a su alcance.

Durante su comparecencia, ha mostrado algunos de los vídeos grabados ayer por las cámaras de seguridad de la valla, donde se aprecia cómoinmigrantes prenden fuego a sus ropas, arrebatan las defensas a los agentes o utilizan métodos contundentes.

Algunos de esos elementos requisados a los inmigrantes, entre los que se encuentran ganzúas, anclas caseras, palos o un arma blanca, han sido expuestos en una sala abierta a los medios de comunicación tras la rueda de prensa.

Con ello, el delegado ha manifestado que no se pretende criminalizar a los inmigrantes, ya que son las primeras víctimas de las mafias, a las que, afirma, hay que perseguir para poner fin a este tipo de inmigración, "clandestina y conflictiva" y apostar por otra que permita a los inmigrantes su plena integración en Europa.

Respecto a la "moda" de encaramarse, ha dicho que lo que buscan los inmigrantes es atraer la atención de los medios de comunicación, sobre todo, tras el debate interno surgido en España respecto al uso de material antidisturbios y a la forma de actuar de las fuerzas de seguridad.Defiende la actuación de los agentes

El Barkani, ha defendido además quelas fuerzas de seguridad actúan de acuerdo al criterio de "proporcionalidad" cuando tienen que hacer frente a los intentos de entradas masivas de subsaharianos a través del vallado.

Al hilo de algunas críticas surgidas por la actuación policial, ha recordado que la ley permite a las fuerzas y cuerpos de seguridad el uso de material "reglamentario", incluidos los aerosoles, que se utiliza siempre de acuerdo a los principios de proporcionalidad,

Preguntadopor el uso de un extintor por parte de uno de los agentes, ha señalado que esto se debió a que un inmigrante portaba un mecherocon el que, poco antes, prendió una prenda que a punto estuvo de alcanzar a los agentes.

"Tal vez tendría que haber soplado", ha ironizado el delegado, quien ha insistido en que lo que hace el agente es "apagar la llama de un mechero" para preservar la seguridad de los inmigrantes y de los guardias civiles.

El coronel jefe de la Guardia Civil ha dicho al respecto que, pese a que el extintor no es un medio antidisturbios, en esta ocasión, se tuvo que utilizar "puntualmente" ante una circunstancia "nueva y no prevista", como fue el que se incendiara una prenda de los inmigrantes desde lo alto de la valla.Los agentes piden patrullas conjuntas

Ni reforzar el vallado, ni introducir elementos de alta tecnología... las sucesivas modificaciones en la valla de Melilla se han demostrado ineficaces cuando de lo que se trata es de frenar el hambre.

Desde que comenzase su construcción, en 1998, las autoridades no han escatimado en recursos para reforzar el vallado. Lo que empezó siendo una valla simple, terminó siendo triple. Se introdujeron sirgas tridimensionales de hasta tres metros, sensores electrónicos de ruido y movimiento, videocámaras de vigilancia reforzada, cámaras automáticas, vallas superiores abatibles para provocar la caída de los que intentasen acceder... El año pasado, la malla antitrepa, con minúsculos huecos por los que resulta imposible introducir los dedos, vendría a ser la solución para evitar que los irregulares se encaramasen en el vallado. Tras los últimos saltos, el Gobierno anunció también nuevas medidas, aún pendientes de implantación: tres torres de vigilancia para la Guardia Civil, nuevas cámaras térmicas, más perímetro de malla, y la retirada de los flejes que coronan el perímetro, una solución metálica que se pretendía eficaz para evitar que los inmigrantes coronasen la valla y que con el tiempo ha demostrado que facilita incluso que caminen a lo largo de ella.

El fracaso de las sucesivas medidas adoptadas por Interior a cada golpe de salto es constatado por los propios agentes. "Nos hemos convertido en vallas humanas", afirma el portavoz del Sindicato Unificado de Policía, Jesús Ruiz, "los inmigrantes quieren entrar como sea, y eso es lógico, pero enfrentamientos como los de ayer resultan lamentables".

Los policías se reconocen de nuevo desbordados ante una situación que, advierten, seguirá repitiéndose. Entre la maraña desucesivas medidas que se han venido probando, Ruiz defiende una como efectiva, aunque sea a dia de hoy implanteable: formar patrullas conjuntas entre agentes marroquíes y españoles. El patrullaje conjunto permitiría evitar, según este portavoz, que los inmigrantes que esperan en Marruecos se acercasen a la valla, desde los montes próximos a la frontera.

De momento, su propuesta no cuenta con el visto bueno de las autoridades, " no lo ve viable, aunque no se trata de una invasión de soberanía", lamenta. Y tampoco tiene vistas de ser aceptada por un país, Marruecos, que sigue sin reconocer la españolidad de Ceuta y Melilla.

La indefinición de la "tierra de nadie" que representan las vallas ha sido cuestionada recientemente, cuando tres agentes uniformados marroquíes entraron en suelo español-el espacio entrevallado- para llevar de vuelta a Marruecos a varios subsaharianos que habían intentado entrar a España. El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, respondió entonces a las críticas afirmando que la entrada se enmarcaba dentro del protocolo de colaboración con Marruecos, que incluye también la presencia de policías marroquíes en el Puerto de Algeciras.

Dentro de ese protocolo, España y Marruecos acordaron, a finales de año, la creación de un Comité Estratégico Policial para dar un "salto cualitativo" en las relaciones de cooperación entre los cuerpos policiales de ambos países, y destinado, principalmente, a la lucha contra el terrorismo, la trata de seres humanos, el crimen organizado, la ciberdelincuencia y blanqueo de capitales, y también la inmigración ilegal.

Los sindicatos policiales han mostrado hasta ahora su recelo a la eficacia de esta cooperación y afirman que no ha servido para contener las mafias que se dedican al tráfico de inmigrantes, la principal puerta para su llegada a Europa.

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