Ladrón arrepentido conmuta pena y empuja a la Quinta Angustia en Valladolid

  • Un ladrón condenado a más de dos años de cárcel, que finalmente ha evitado al serle conmutada la pena de prisión por una multa, ha protagonizado esta tarde en la procesión de Penitencia y Caridad de Valladolid su primer acto de contrición al empujar la carroza con el paso de la Quinta Angustia.

Valladolid, 28 mar.- Un ladrón condenado a más de dos años de cárcel, que finalmente ha evitado al serle conmutada la pena de prisión por una multa, ha protagonizado esta tarde en la procesión de Penitencia y Caridad de Valladolid su primer acto de contrición al empujar la carroza con el paso de la Quinta Angustia.

El ladrón arrepentido, V.M.A., ha compartido posta en uno de los brazos traseros de la carroza junto a varios hermanos de la cofradía penitencial de Nuestra Señora de la Piedad, minutos después de ser liberado simbólicamente en el Palacio de Justicia de Valladolid, de donde ha salido revestido de cofrade entre varios hermanos.

Pocos minutos después de las siete de la tarde, la Quinta Angustia -una Piedad labrada por Gregorio Fernández en el siglo XVII- ha arribado hasta el Palacio de Justicia para hacer efectivo el Real Decreto 213/2013 de 15 de marzo por el cual V.M.A. conmuta su pena de prisión por una multa de cuatro euros al día durante dos años y tres meses.

Este periodo de tiempo es el mismo al que había sido condenado, en mayo de 2010 por el Juzgado de lo Penal número 1 de Valladolid, por un delito continuado de robo con fuerza en las cosas ocurrido en 2008.

A propuesta de la cofradía de Nuestra Señora de la Piedad, con los informes pertinentes del tribunal y el ministerio fiscal, y previa deliberación del Consejo de Ministros (reunión del 15 de marzo), el condenado ha sido puesto en libertad.

En los informes favorables para la conmutación de la pena ha pesado el hecho de tener un puesto de trabajo fijo y el haber resarcido los daños ocasionados por sus fechorías.

Un escuadrón de cinco jinetes, perteneciente a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de Madrid, ha abierto el cortejo formado, además de por las tallas de la Quinta Angustia y el Cristo de la Cruz a María (Escuela de Gregorio Fernández, hacia 1642), por el Cristo de la Preciosísima Sangre (Lázaro Gumiel, 1953) que han empujado los hermanos de la cofradía del mismo nombre.

Han desfilado, además de alumnos de la Academia de Policía de Ávila, numerosos agentes de paisano y uniformados debido a que el Cuerpo Nacional de Policía es Hermano de Honor de Nuestra Señora de la Piedad.

La banda de tambores y cornetas de la Preciosísima Sangre ha estrenado la pieza "Lazos de sangre", compuesta por su director, Eduardo Sánchez, como tributo al máximo responsable de esta formación musical durante los últimos trece años, Alberto Otero.

La Procesión de Penitencia y Caridad, que han seguido miles de personas a pesar de solaparse con otros cortejos de raigambre como el de la sagrada Cena, ha acortado su recorrido debido a la previsión de lluvia.

El párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Antigua, Paulino González, ha presidido el cortejo en el que ha participado también el subdelegado del Gobierno en Castilla y León, José Antonio Martínez Bermejo, así como numerosos abogados revestidos con toga, entre ellos el decano del Colegio de Abogados, Jesús Verdugo.

El Palacio de Justicia ha sido el punto del recorrido que ha reunido al mayor número de asistentes para poder contemplar la puesta en libertad del condenado, quien no ha mostrado su rostro y ha sido deliberadamente envuelto entre varios hermanos de la Piedad para tratar de confundir a la gente.

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